México es un país con gran diversidad y potencial para el aprovechamiento de las plantas aromáticas y sus aceites esenciales, no obstante, en la industria del país, el 95 por ciento de los aceites producidos son de especies de plantas importadas.
Lo anterior lo dio a conocer la doctora Luz María Calvo Irabién, investigadora del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), institución integrante del Sistema de Centros Públicos Conacyt, quien desarrolló un proyecto de investigación que incluye el estudio de 20 especies nativas de Yucatán.
La científica de CICY detalló que este estudio parte de un proyecto de Fondos Mixtos (Fomix, donde participa el Gobierno del Estado y Conacyt), y su objetivo principal fue estudiar las especies aromáticas; se examinó su hábitat, condiciones ecológicas en que se desarrollan, si interesa su cultivo y, por otro lado, se realizaron estudios de sus aceites esenciales.
Explicó que se obtuvieron resultados muy interesantes para dos especies: la albahaca de monte (Ocimum micranthum), que produce una gran cantidad de aceite esencial, más del uno por ciento de rendimiento, por encima del promedio en plantas aromáticas (entre 0.05.-0.5%) y se encontraron componentes químicos como eugenol, que tiene propiedades anestésicas, antioxidantes y antimicrobianas.
La otra especie destacada en este estudio es la hoja santa (Piper auritum), que produce un aceite esencial con aplicaciones potenciales para la industria.
En tanto, el orégano mexicano (Lippia graveolens) y el europeo —dijo— contienen aceites esenciales con propiedades antioxidantes, antibacterianas, antifungicidas y no sólo de uso en la salud humana, sino también en la veterinaria.
“Las plantas aromáticas nativas y sus aceites esenciales tienen un gran potencial, ya que se estudian muy poco en México, a diferencia de otros países, como Brasil, India y China, que tienen gran diversidad natural y cultural de plantas, de hecho, tienen una industria basada en las plantas aromáticas muy importante; mismo caso que con la producción de conocimiento científico en el tema, pues investigan 40 por ciento más sobre plantas aromáticas que México”, acotó.
Por último, dio a conocer que actualmente colabora en un proyecto con las doctora Susana Canto y Teresa Hernández, de la Unidad de Recursos Naturales y la Unidad de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas del CICY, respectivamente, y con el doctor Luis Medina, del Departamento de Apicultura de la UADY, con el objetivo de buscar aplicaciones más concretas de los aceites esenciales, particularmente, del orégano mexicano. “Se sabe, incluso, que existe un producto comercial hecho a base de etinol, para controlar la varroa, ácaro que ataca a las abejas, especialmente a las Apis melifera, provocando un descenso en la producción de miel”.
Comentó que con este proyecto se está probando si a través de la alimentación de las abejas (Apis melifera, especie que sustenta la producción de miel en la península de Yucatán) con aceites esenciales y levaduras se puede mejorar su estado de salud y hacerlas más resistentes a enfermedades. (JCDO / Comunicación Institucional CICY).
