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Agricultura temporal, en crisis en Yucatán: Campesinos

El tipo de siembra tradicional enfrenta retos antes los cambios climáticos y la falta de recursos hídricos.

MÉRIDA, Yucatán. Actualmente, la agricultura temporal o tradicional enfrenta serios retos, entre ellos, menos tierras cultivables, recursos hídricos limitados y un clima cambiante e impredecible, señala el líder campesino Manuel Balam Arceo.

Campesinos de la región afirman que en los últimos 10 años no han podido confiarle sus siembras a la lluvia. La agricultura de temporal cubre el 80 por ciento de la tierra cultivable y es responsable de aproximadamente el 60 por ciento de la producción. A raíz de las sequías prolongadas, los huracanes o lluvias torrenciales con duración de varios días, muchos campesinos han optado por vender sus parcelas al no ser redituables.

De acuerdo con Balam Arceo, las sequías severas y las lluvias irregulares afectan gravemente la actividad. Señala que se necesitan maquinarias agrícolas, sistemas de riego y en muchos casos, los campesinos carecen de un sistema de infraestructura que está fuera del alcance de un agricultor individual.

La mayor parte de la producción de alimentos depende de pequeñas extensiones de tierras que carecen de capacidad financiera para construir grandes redes de suministro de agua y dependen del gobierno local u otras entidades públicas o privadas para que el agua llegue en sus unidades de producción, según informan campesinos. Ciudadanos comentan que esto es sumamente costoso, empezando con la adquisición del equipo, mantenimiento, pago de energéticos, ya sea gasolina o energía eléctrica.

En tan sólo el municipio, de un padrón de mil ejidatarios, ahora sólo está conformada por 350 campesinos que siguen cultivando la tierra de la manera tradicional. Otros han fallecido y otros han vendido sus tierras para buscar un mejor futuro en las grandes ciudades.

“El otro problema que está afectando la actividad es que las nuevas generaciones, en su mayoría, no tienen interés de cultivar la tierra y optan por otras profesiones que les permita buscar el sustento de sus hogares, a raíz de las carencias que hoy en día se viven en el campo”, comentó el líder campesino.

De acuerdo con ciudadanos, la mayoría de las familias dependen de los productos agrícolas que se cultivan en otras partes del Estado, ya que en este lugar muy pocas personas siguen cultivando las tierras después de que la pandemia los afectó, al tener que regalar o dejar en el campo sus productos para que se pudran al no encontrar el mercado para desplazarlo.

“Hoy en día el campo enfrenta una de las peores crisis, agudizado por la emergencia sanitaria por el coronavirus, muy pocos se arriesgan a cultivar las tierras por temor a perder la inversión”, reveló Agustín Franco un agricultor que tuvo importante pérdida económica estos dos años.

Por último, señaló que al igual al no haber suficientes personas que cultivan el campo, los animales silvestres y las aves devoran las pocas cosechas que se logran, desanimando de esta manera a los labriegos de seguir con esta actividad económica.

POR EFRAÍN VALENCIA. POR ESTO!

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