Jóvenes con talento
En ocasiones vemos a las nuevas generaciones como desapegadas de la realidad, los millennials suelen ser criticados acusándolos de ser una generación floja, falta de entusiasmo y que únicamente les interesan las redes sociales, pero de pronto vemos emprendedores, grupos de jóvenes que salen adelante y rompen con esquemas y estereotipos, nos sorprenden con su entusiasmo y ganas de salir adelante, de sobresalir y emprender, ejemplo de ello, son Cecilia y Cristi Argáez Rodríguez; jóvenes entusiastas de 20 y 22 años respectivamente, estudiantes de la carrera en administración ganadera.
Lo iniciaron como un deber de la escuela. En el momento que se les ocurre la idea para “aprobar la materia” como dirían algunos estudiantes, no les pasó por la cabeza que se convertiría en un negocio: Elaboración de licor de naranja agria, sí, así como lo lee, un néctar natural y de la región, del campo a la mesa.
Diversas personas las acompañaron en el camino, maestros de la universidad, su familia, entre otros, las ayudaron, impulsaron, motivaron, porque había mucho esfuerzo por delante, dormir demasiado se acabó, comenzaron a levantarse temprano, trabajar, buscar oportunidades, investigar, hacer planes de negocios, así fue como poco a poco avanzaron, además de complementarlo con su vida estudiantil.
Su proyecto fue seleccionado por el Instituto Yucateco del Emprendedor, INCUSUR fue la incubadora que les dio la mano, ahí incitan a los emprendedores a crear nuevos proyectos, innovar, buscar la mejora continua, aprender de mercadotecnia, administración, etcétera.
En la universidad ofrecen a los jóvenes las herramientas, pero la vida te va trazando los caminos para utilizarlas, está en cada uno aprovecharlas, esforzarse en el día a día y saber que el camino difícil, ese al que le dedicas tiempo, mente, cuerpo y alma, es el que mayor frutos rinde.
INCUSUR busca gente que se atreva, claro, para ello hay que seguir ciertas estrategias, no estancarse e ir siempre adelante. Creer y crear, pensar, analizar y ejecutar. A su corta edad entraron al mundo empresarial, tuvieron que madurar y tomar la decisión, ya que por la naturaleza de su negocio no puede ser de “medio tiempo”, es entrega total aprovechando cada sencilla oportunidad.
“Se vale soñar, pero soñar real, esforzarse y hacerlo” comentan, cuando miran a sus compañeros que en algunas ocasiones eligen el camino rápido. “Sobre todo no echarse para atrás, siempre adelante, avanzar en la línea de fuego”.
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Por Jorge Alanis Zamorano
