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Empoderamiento de las mujeres rurales

Producen nuestros alimentos, pero están desnutridos

 

La desnutrición infantil en las zonas rurales es una constante que aqueja al medio rural, ya sea por falta de ingresos para el abastecimiento de alimentos o por la falta de información sobre una alimentación adecuada; -según estadísticas de Unicef México- la desnutrición infantil crónica es de 7.25% en las poblaciones urbanas, mientras que en las zonas rurales se duplica; es decir, 14.5% de la población total de infantes.

 

Se podría considerar como una de las principales causantes, la insuficiencia del ingreso promedio mensual para adquirir la canasta básica alimentaria, pues en el medio rural el 33% de la población no cuenta con éste y el 74% no tiene un ingreso suficiente para satisfacer todas las necesidades básicas. En conclusión, las personas que producen nuestros alimentos, no tienen el poder adquisitivo para proporcionarse los propios.

 

Por otro lado, está la falta de conocimiento sobre los alimentos que se encuentran en las zonas rurales y que pueden aportar los nutrientes necesarios a toda la familia. En Educampo, Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, (www.educampo.org.mx) también trabajamos para contrarrestar la desnutrición infantil a partir del empoderamiento de las mujeres rurales.

 

Lo hacemos primeramente en el ámbito económico -al impulsar su proyecto productivo- con el fin de que generen ingresos a la familia y con ello abastezcan los alimentos necesarios; por otra parte, con un acompañamiento nutricional -que realizamos a través de especialistas en el tema- para que aprendan a identificar los nutrientes de cada alimento y aprovechen los que tienen a su alcance, tanto por la zona geográfica en donde se encuentran como por el costo.

 

Lo cierto es que las mujeres rurales fungen un papel primordial en la alimentación de sus familias; por ende, es necesario comenzar con la modificación de hábitos alimenticios con ellas para dar pauta al involucramiento y al conocimiento de los demás integrantes de la familia.

 

Un campo sano implica no solamente que los productos generados en él, y que de hecho llegan a nuestras mesas, sean de calidad, sino que las personas que los producen se encuentren en óptimas condiciones, tanto físicas como económicas, para tener una realidad más justa y sustentable.

 

Por Lic. Verónica Barrientos

vbarrientos@educampo.org.mx

 

Contacto:

Facebook/Twitter/Instagram: @EducampoMX

LinkedIn: Educampo, Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural

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