Por Jorge Alanis Zamorano
En la búsqueda de hacer algo nuevo durante la pandemia, Ana Preciado ideó un proyecto que reafirma su interés por reducir los contaminantes diarios que se generan en el hogar; por tener una vía alterna para apreciar los caprichos de la naturaleza al momento de estamparse sobre una tela de algodón, reutilizando los desperdicios y ¿por qué no?, establecer una moda que luce muy bien, a precios accesibles.
El chiste es darse a la tarea de aprender y emprender con algo que te apasione. Por lo tanto, la invitamos a la cabina de RadioYucatánFM.com.mx, donde trajo algunas de las piezas que tiñe y en verdad, queridos amigos, se demuestra un planteamiento textil original y propositivo, pero sin seguir los parámetros contaminantes de la industria de la moda.
Lo natural, el desperdicio común
En su búsqueda por hacer algo más allá y salirse de la rutina, Ana encontró la forma de teñir textiles naturales con residuos orgánicos: restos de frijoles negros, cáscaras de cebolla morada, remolacha, cáscara y semilla de aguacate, fibra de coco…básicamente lo que en casa tiramos; aportando su granito de arena al desuso de químicos y a la cultura de la autosustentabilidad, además de la propuesta artística que el estampado conlleva gracias a las expresiones libres que quedan plasmadas en estas geniales prendas.
Una vez logrado el estampado botánico se maravilló con el resultado, y fue entonces que surgió la necesidad de aprender más sobre el tema: Lo que me gustó es que muchos de los materiales que son considerados como ‘basura’ en realidad son muy útiles para teñir ropa, nos platica.
Comenzó probando en sus viejas y amarillentas playeras. Tras observar los primeros resultados, algunos buenos y otros no tanto, fue como experimentó con nuevos residuos detectando que, por ejemplo, la cáscara de aguacate tiñe de color rosa. Actualmente, se mantiene en constante aprendizaje debido al mundo de posibilidades que aún tiene por explorar.
Además de los residuos, comenta que hay plantas que vemos de manera cotidiana como es el caso de las ‘coralitas’ (o enredadera mexicana) y que para mucha gente son una simple yerba, en realidad resultan muy útiles para realizar el estampado botánico. Asimismo, muchas flores que utiliza las recoge ya en el piso, debajo de los árboles, y para fijar los colores utiliza piedra alumbre, aunque algunos de los materiales ya contienen fijadores naturales (como es el caso del coco).
Todo un proceso de descubrimiento
Ana es consciente de que toda acción en el planeta, por simple que sea, tiene un impacto ambiental, por ello trata de hacer productos lo más amigables posibles con la naturaleza.
Reflexiona que todo ha sido un proceso de descubrimiento que le ha ido apasionando cada vez más, sobre todo porque está en la línea que ella predica, que es aprovechar al máximo sus desperdicios, aprender a plasmar sus colores y saber cuáles pueden servir para este efecto. Al final, es reutilizar la basura para darles una nueva vida: bolsas, alpargatas, mascarillas y playeras.
¡Contacta a Ana y date la oportunidad de tener una prenda con un estampado y color único e irrepetible!
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