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Semillas de la tierra

Escuela agroecológica

Cecilia Uj sabe que debe enseñar lo que aprendió desde su padre, afirma que es un derecho el recibir conocimiento y es una obligación el trasmitirlo. Una cadena con eslabones de voluntad y que sin apoyos ya llevan 10 años otorgando la oportunidad a un estilo de vida consciente de lo que le rodea y agradecida por lo que le brinda la madre tierra. Es allá en Hunucmá, muy cerca de Mérida donde existe la escuela U Nek Lu´um (Semillas de la tierra).

¿A qué se dedica esta escuela?

A compartir conocimientos con las personas interesadas, sean campesinos, estudiantes, profesionistas, amas de casa, niños, sobre el cuidado del suelo y no sólo en huertos, también acerca del manejo de los animales, de las abejas meliponas que son herencia ancestral. Aprenden a crear sus abonos orgánicos y el manejo de los insectos en el huerto o en la milpa para controlar las plagas.

¿Qué intentas lograr?

Conocimiento técnico además de un cambio de mentalidad, para que los que egresan se lleven el mensaje práctico y lo hagan en su solar, sea grande o chico, que lo trasmitan también a su familia y otras personas, de manera que se comprometan. Que sea en realidad un proyecto sustentable y que sepan que mañana también tienen derecho los otros.

 

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¿Por qué una escuela y no un negocio productivo?

Cuando uno logra despertar su conciencia y descubrir que sí es posible vivir de lo que producimos cuidando a la naturaleza, es algo con lo que no te puedes quedar, tienes que trasmitirlo, heredarlo a otras personas, aunque no sean tu familia.

 

¿Qué podemos encontrar dentro de la escuela?

Plantas medicinales, huerto, gallinero, área de abejas meliponas, árboles frutales, área donde hacemos abono orgánico y un pequeño salón de clases.

 

Tienen un altar ¿De qué se trata?

Elegimos un espacio especial dentro del terreno, ahí tenemos tres árboles de roble donde hay una gran biodiversidad de plantas, y seguimos añadiendo, porque es el lugar privilegiado donde nos reunimos a platicar y tener también un momento espiritual para dar gracias a lo que nosotros llamamos corazón del cielo, de la tierra; otros le llaman Dios o como quieras concebirlo. Es tener esa conexión espiritual, con respeto a la madre tierra, quien nos ha dado la vida a través del conjunto de semillas y animales. Es no olvidar que debemos ser agradecidos y que sigan fluyendo las ideas, las semillas y el trabajo.

 

¿Que requiero para ingresar?

Tener deseos de aprender y trabajar la tierra. El costo son dos mil pesos y sirve para mantener la escuela.

¿Cuanto tiempo me lleva aprender?

Es más práctica que teoría, en un año de aprendizaje.

 

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Contacto: Cel.9993 351684

Inicia nuevo curso 1er. sábado de febrero 9 de la mañana

y concluye último sábado de noviembre

 

 

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Cecilia Uj

 

Busca el video en nuestro canal de YouTube: Rural MX

“Semillas de la tierra”

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