Page 17 - RuralMX Septiembre 2022
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  PCor Ana Laura Preciado
reo, no existe nada más satisfactorio para el equipo de Rural MX que andar por recovecos de Yucatán y descubrir con asombro lo mucho que nos falta por conocer; en cada desvío o
parada inesperada nos aguardan incontables poblaciones con varias historias por contar. Tal fue el caso de Tixcacal- tuyub, un pueblo cobijado al sur de Yucatán y comisaría del municipio de Yaxcabá.
En una de nuestras acostumbradas odiseas en el inte- rior del estado, llegamos a este pueblo un tanto alejado de Mérida (a casi dos horas de distancia), que por su ubicación y lejanía uno diría que está más “pa’lla que pa’ca”.
Lo primero que nos llamó la atención de Tixcacaltuyub fue la dimensión del parque principal, el cual parte de su explanada está situada en terreno elevado. En la punta de aquella diminuta colina está asentada una construcción abandonada que, de acuerdo a comentarios de los luga- reños, hace varios años funcionaba como escuela primaria.
Enseguida podrás divisar la Iglesia y Ex Convento San Juan Bautista que, dada su inmensidad, se encuentra al mismo nivel que la olvidada escuela alta. Al subir las 34 escaleras hasta la cima de la iglesia encontrarás una mag- nífica vista del poblado.
La entrada de la iglesia es monumental, aunque la puerta se mira descuidada. El cerrojo estaba echado, así que ningún alma podía cruzar el umbral. Al acechar entre las grietas que marcan la edad de la muy vieja puerta, ob- servamos a duras penas el interior del recinto que estaba sumido en la penumbra.
Regresamos al pie de la iglesia y notamos una cruz de piedra que corona el techo del lugar. Esta resiste el ahogo de varios hilos en donde aún cuelgan decenas de guirnal- das multicolores de plástico. Dicha decoración sirvió para ataviar al complejo religioso el pasado mes de junio, con motivo de la celebración en honor a San Juan Bautista.
Nos detuvimos un momento para contemplar el paisaje desde ahí y como el viento estaba agitado, pudimos escu-
char el aletear de los banderines que aún esperan entusias- mados a los contados feligreses que habitan la comunidad.
Por otro lado, el panorama se acentúa por un arco ad- yacente de piedras que adorna el flanco derecho del Ex Convento. Algunos niños corrían y arrastraban sus mochi- las, al parecer felices de haber salido de clases, mientras esquivaban con evidente agilidad algunos mototaxis; la es- cena era digna de una hermosa estampa yucateca, aquello me hizo sonreír de oreja a oreja.
A unos cuantos pasos encontramos la biblioteca co- munitaria “La lluvia del saber”. María Cox, encargada del espacio, platicó un rato con nosotros para explicarnos la historia de la localidad: Tixcacaltuyub es un lugar muy bo- nito, principalmente por la iglesia. Esta es una estructura de piedra que tiene muchas escaleras para poder subir y donde puedes tener una buena vista de la comunidad.
La iglesia era un ex convento en donde vivían los fran- ciscanos –agregó-; mis abuelos me contaron que apro-
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