Page 25 - Rural MX Abril 2023
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#LoQueLaImagenCuenta
LA MONEDA DE CAMBIO
Por Ana Laura Preciado
Durante siglos, el cacao fue la moneda de cambio por excelencia en México. En la época prehispánica no sólo se usó como alimento y bebida, sino también formaba parte de las
transacciones comerciales y se utilizaba para pagar tributos a los gobernantes.
En la colonización, los españoles notaron la importancia del cacao para los pueblos indígenas y comenzaron a utilizarlo como moneda de cambio. Los granos de cacao se convirtieron en una forma común de pago para los impuestos, las multas e intercambios comerciales. Y sí... esta baya fue la moneda nacional del país por un tiempo.
Hoy el cacao es un ingrediente elemental en la cocina tradicional mexicana, pero su importancia como moneda de cambio en la historia de México no debe ser olvidada; fue una parte destacable del tejido social de los pueblos prehispánicos y coloniales de México y es un recordatorio del pasado rico y diverso de este país.
Luego de dominar el arte de la domesticación de las plantas, la moneda de cambio fue transformándose,
cambiando y adaptándose a las necesidades de la época hasta llegar al dinero: un insípido billete de papel o una moneda de metal indican con unos números cuánto necesitas tener para lo que estás a punto de intercambiar.
Así de “sencillo” funcionan las cosas en la contemporaneidad de las urbes; todo se mide con qué tan grueso es el fajo de billetes que tienes en la cartera, o cuántas cifras aparecen en los pesos.
Sin embargo, a pesar de haber pasado siglos desde que el cacao fue la moneda de cambio más importante, en el campo las cosas a veces marchan de forma distinta. Por supuesto el dinero jamás va a ser reemplazado, pero, si en algún momento te encuentras con una figura bondadosa o haces un favor, a cambio podrías recibir unas valiosas semillas de maíz nativo, calabaza, frijol, chile... o quizá hasta unos frutos terrosos de rábano como símbolo de gratitud.
No importa cuánto tiempo pase, la moneda de cambio en las comunidades va más allá de un billete, y generalmente esta viene cubierta con una buena dosis de aromática tierra fértil.
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