Page 17 - RuralMX Marzo 2023

Otras veces, el color del oro que derraman los rayos de sol sobre los adoquines, imita los pesados lingotes que res- guardan los bancos en sus oscuras bóvedas.
De pronto los pétalos de una flor, entre hojas secas, hay vagos indicios de lo que un día fue esplendor y hoy es au- sencia.
Las raíces de los árboles al ras del suelo inventan formas que la vista convierte en fantasías, caudalosos ríos, esbeltos cuerpos humanos en reposo, temibles serpientes al acecho, difíciles acantilados, sólo basta mirar hacia abajo imaginando lo que miran los insectos, las pequeñas arañas, las horribles moscas verdes y las hormigas.
Muy a tono cuaresmal, de vuelta al polvo, en las antiguas iglesias y en la catedral, en el solemne ambiente presidido por estatuas de santos y reliquias, la mirada baja descubre las viejas lápidas desgastadas por el paso de los fieles y los años, nombres y fechas apenas descifrables, mientras el atrio se puebla de palomas.
Mirar abajo es tan antiguo como el “Árbol de la Vida” de los mayas, que hunde sus raíces en los misterios del infra- mundo.
Mirar abajo ofrece recompensas más valiosas que una pequeña moneda o una cartera: colores, recuerdos, fantasías, paisajes mínimos que son tan nuestros como la amplitud de la mirada cuando baja del cielo.
22/02/2023
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