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Recuperar la dignidad

Y el territorio que cedimos

Semillas que endulzan el paladar

 

Por Jorge Alanis Zamorano

Hemos cedido espacios a monopolios comerciales con tal naturalidad que pareciera que hicimos un pacto. Aquellas clásicas tienditas -aún sobreviven algunas- que atendía la señora, la abuelita, los nietos y donde encontrábamos aquellos dulces tradicionales como la pulpa de tamarindo, caramelos, galletas y muchas otras cosas que hoy día comienzan a quedar en el recuerdo. Y es que estos productos de dulce, como muchos otros, IMAGEN1han sido desplazados con tal brutalidad que ya casi están en el olvido y, si se te antoja alguno tienes que trasladarte a un gran mercado central o depósito de dulces -que también ya pocos quedan-.

Fernando Polanco Zapata con la idea firme de rescatar y/o mantener las tradiciones reúne gente de pequeñas comunidades para hacer y comercializar dulces típicos con semillas tradicionales y ancestrales, pero ¿cómo lo hacen? ¿qué les enseñan? Pues en un principio, los capacitan con el tema del embalaje, les ayudan a darle presentación a lo que hacen, que puedan entrar y competir en el mercado de la ciudad. En el caso de no estar interesados en comercializar el producto terminado, Fernando Zapata y otros grupos apoyan comprando el insumo a precio justo y ellos mismos hacen los productos como el caso de las horchatas. Nos dice que las semillas tienen gran importancia y es lo que tratan de rescatar, la gastronomía. En los dulces típicos se plasma el arte popular mexicano y se está perdiendo por la innovación industrial. La gente prefiere comprar “marcas conocidas” que un dulce hecho artesanalmente. Hoy día, entras a las tiendas y no ves este tipo de productos y en caso de encontrarlos en plazas comerciales sus precios son muy altos; IMAGEN2Fernando comenta que es donde se dan cuenta que existe un vacío o faltante de estos dulces tradicionales.

Nos expone un caso real, y es que Fernando trabaja 89 productos relacionados directamente con la pepita de calabaza; una compañera le comentó que en su comunidad existe sobreproducción de pepita de calabaza y no sabían qué hacer con ella, acto seguido, se reúnen y se les da la opción de decidir: vender directamente la pepita o transformarla en algún producto. Decidieron hacer dulces y botanas, se capacitó a la gente productora quienes de inmediato comenzaron en sus casas a practicar lo aprendido. Finalmente, es la utilización de semillas que tienen a la mano y que se adapten a las necesidades del cliente, al utilizar otro tipo de semillas que no se encuentran aquí en la zona como el arándano, nuez, almendra, semilla de girasol, etcétera, mismas que consiguen a través de una red de contactos a precio justo y que son empresas que apoyan al pequeño o mediano productor.

Consume los tradicionales dulces ya qIMAGENue el valor nutricional versus los dulces industrializados es abismal.

 

Busca la entrevista en nuestro canal de YouTube: Rural MX

“Capacitación para los pequeños productores: Dulces típicos”

 

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