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Chile habanero de Yucatán

 

El habanero ya tiene hogar

 

Por Jorge Alanis Zamorano

 

El trabajo de muchos años rindió frutos para lograr la denominación de origen del chile habanero. Instituciones, investigaciones y el arduo trabajo que se requiere para tener los protocolos necesarios ¡todo un esfuerzo! Ya lo hemos estado platicando con el Mtro. Jorge Trujillo en pasadas ediciones.

Fueron los amigos de Milpa Maya quienes producen en Yucatán y en Quintana Roo los que aceptaron el reto. Debido a que exportan al extranjero ya estaban muy avanzados en los procesos de trazabilidad, cadenas productivas, inocuidad y más, tuvieron que sumar algunos nuevos protocolos para la denominación de origen. El último paso es que existiera una institución oficial que certificara o fuera el ente regulador. La Asociación Nacional de Normalización y Certificación (ANCE) fue algo así como la cereza del pastel para certificar a los productores.

Gilmer Andrés Arroyo Sánchez acepta platicar, encontrarnos y sumarnos al orgullo. Nos comparte que cuando entra a la jugada tiene bastante claro que un principio no podía obtener más ganancias, sin embargo, con visión a futuro y con la idea clara de inversión inició sus nuevos procesos, se capacitó y asumió los gastos que representa. Algún día habrá un beneficio.

Gilmer se sienta en una realidad y comenta que todos los productores deben entender que tienen que iniciar el proceso de certificación. En Milpa Maya, una vez comenzado hace tres meses el trabajo, dice “ANCE nos visita, investiga, revisa nuestros protocolos, trazabilidad, pruebas de laboratorio y hace un mes se da a conocer oficialmente que somos la primera empresa certificada”.

Resultados. Esto se logra a partir de la confianza que Milpa Maya tiene aceptando a ojos cerrados los procesos. “Iniciamos con el corazón y con fe. El proceso requirió su tiempo. Es vital ser visionarios en el trabajo”.

 

Son punta de la flecha ¿Cómo se sienten?

Es un orgullo el haber confiado desde hace tiempo. Agradecemos a todas las personas, gobiernos, instituciones, investigadores, académicos, empresarios; todos los que han participado desde hace años en los procesos. El resultado de que exista una empresa certificada con denominación de origen, no es resultado de Milpa Maya, es el esfuerzo de Yucatán, Campeche y Quintana Roo.

 

¿Qué sigue?

Tenemos que trabajar y esforzarnos todos los productores para que el día de mañana podamos recibir los beneficios económicos, los que nos apeguemos a la norma oficial mexicana de denominación de origen. El chile habanero ya tiene su casa y aprovechemos esto. Creo que debemos rescatar el orgullo de los tres Estados de la Península, trabajar fuerte para consolidar esta nueva marca y que esté en todo el mundo.

 

Nos ayudaría mucho como país el trabajar en equipo

Quitarnos eso de trabajar cada quien por lo suyo

 

 ¿A dónde llegan?

Aquí surtimos a salsas El Yucateco, a Industria Agrícola Maya, internacionalmente a Miami, Los Ángeles, Arizona, Chicago, Nueva York, también hemos mandado a Canadá, Inglaterra, España y Alemania; reitero, no nos alcanza la producción que tenemos, es difícil mandar a veces a uno y después a otro quedando mal. Este año nos enfocamos a construir más infraestructura, crecer en capacidad productiva, necesitamos más volumen para atender a clientes que tenemos pendientes como a Corea del Sur. Con la certificación también podemos entrar a los países musulmanes, pero para qué tocamos puertas.

 

¿Por qué sumarse?

No es suficiente la producción, nosotros tenemos un promedio de 6 toneladas a la semana cuando por nuestros pedidos nacionales e internacionales requerimos más de 80 toneladas a la semana.

 

¿Hay otras empresas que buscan la certificación?

Junto a nosotros se certificarán otras empresas y tendremos que estar en la misma mesa analizando y apoyándonos porque al final vamos a compartir una marca colectiva que no es de una empresa, es de la Península y es de todo aquel que se apegue a la norma. No debemos vernos como competencia sino como una fuerza productiva. Espero que los productores confíen y se adhieran a los procesos ya que nos traerá beneficios incluso turísticos, porque existirán rutas para conocer lugares donde se produce el chile habanero tal como sucede con el tequila.

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