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Yotholín donde el tiempo se detuvo

 

Por: Jorge Alanis

Saliendo de Ticul y casi abriendo las puertas de Oxkutzcab, nos sorprende Yotholín, ahí el tiempo se detuvo, es de esos lugares con magia donde la mano del hombre de hoy sólo debe preservar.

Todo lo que esté ahí debe ser únicamente observado, tal como una verdadera exposición de ejemplo donde el tiempo le ha perdonado pasar y además permitiéndole ese silencio capaz de atraparte para quedarte otro ratito más. ¿Te ha pasado eso en algún momento? Llegar emocionado porque es un lugar que no habías visitado y, sin embargo, al estar ahí toda pretensión claudica cuando lo que debes hacer es sólo mirar. Sí, por supuesto que se deberán tomar las fotos -si así lo quieres-, pero no más.

Ahí en Yotholín realicé dicha parada ya que se llevaba a cabo la celebración a salud de la Virgen de la Asunción patrona del templo de San Buenaventura construido en el 1766 según lo refiere en la fachada principal, pero se conoce como iglesia San Francisco de Asís, y precisamente la fachada del recinto permite dar cuenta como el color rojizo del suelo lugareño ha pigmentado sus paredes dándole ese tono añejo y con cierto dejo de añoranza por aquellos tiempos pasados. Su gente amigable me permitió perpetuarlos como el tiempo lo hizo antes, pero yo en imágenes, recordándome que no siempre debemos intervenir y ser sólo un espectador de la belleza que ofrece el entorno por sí mismo y dejar que ellos, sus habitantes, escriban su propia historia.

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