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2021, los comicios y la encrucijada

En estos tiempos, ¿por quién votar?

Por Jorge Alanis Zamorano

Iniciará el 2021 con una carga confusa en lo político, económico y natural.

Primero, saldrán a la política personajes que están todavía en funciones del servicio público y trabajando a contracorriente en un escenario nada alentador; segundo, sin recursos y muchas necesidades que ya existían en el campo; tercero, los fenómenos naturales que prácticamente ahogó al sector como no había pasado antes.

Y el cuarto en discordia es la pandemia. Si bien es cierto que la producción agropecuaria no paró, sí está afectada, junto con todos los sectores, por una economía que se detuvo y que –digan lo que digan- tardará años en recuperarse.

La esperanza de alcanzar una vida mejor ahí está, sobre todo entre la gente del campo cuya economía siempre ha sido la más lastimada y por ende, vulnerable ante cualquier “regalo y promesa”. No obstante, al campo se le recortó muchísimo presupuesto para el 2020 y del presentado para el 2021 ni hablar, pues viene aún más recortado. La Sader, antes Sagarpa, encargada de impulsar al sector agropecuario, hoy prácticamente está paralizada.

Vienen de nuevo tiempos electorales y como siempre veremos a personajes de todos los colores peleando puestos para diputaciones locales, federales y presidencias municipales. La pregunta de oro es: ¿Qué promesas y propuestas sensatas ofrecerán?

En sus discursos nos pueden prometer hasta el edén, que ahora sí los problemas se van a resolver –llámese corrupción, seguridad, salud, economía y un largo etcétera- gracias a su honradez, sinceridad y espíritu conciliador, que el campo logrará la soberanía alimenticia, y cuantas más cosas que nos convertirán en un país utópico. Sin embargo, en su campaña se toparán ante la dura realidad, pues la mayoría simplemente ya no cree, y esa falta de fe se acentuó durante la pandemia.

Ante este panorama, la encrucijada de los ciudadanos comunes será: ¿Por quién votar? Y la de los políticos en: ¿Cómo convencer sin caer en la desproporción?

La realidad está difícil para todos, ciudadanos y políticos. 

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