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Entre charros y adelitas

“La escaramuza es una suerte de ballet a caballo, yo le llamo pasión”

Pasión charra
Karen, es una joven y exitosa abogada. Tarde se le hace por cerrar los cajones, apagar la computadora, terminar la junta y salir disparada rumbo a las caballerizas. 16174970_10154418892787499_2525452610743023588_n“Allí está mi esencia, mi cable a tierra, el lugar donde comienza el juego; me gusta mucho mi trabajo, de eso vivo, pero adoro sentirme libre montando a Príncipe”, -un caballo español-, con el que logra conexión absoluta. “Príncipe es un caballo de temperamento relajado, puedo subir a mi sobrino sin problema, sabe que lo montó un niño, lo mismo una mujer que un hombre, cambia sus respuestas, se amolda a quien trae encima de su lomo”. Cuando Karen habla de los caballos se transforma; “los caballos son maravillosos, me fascinan, sienten lo que te pasa, adivinan tu estado de ánimo, les puedes pasar tu estrés, tus temores, tus problemas y sientes de inmediato la conexión, la nobleza”.

Papá es mi ídolo
Karen Priscila Baeza Sánchez, es abogada de profesión y charra de pura cepa y pasión. Todo lo que sabe del monte y sus animales, lo aprendió de su padre Raúl Baeza. “Papá es mi mayor ejemplo, una persona positiva que disfruta todo lo que hace, vive y goza el campo, ese es su lugar en la tierra, lo recuerdo así vestido de campo, miraba con tanta pasión la charrería que me quedé encantada, desde el rancho Don Emiliano, allá en Tizimín, luego el rancho Xiat. He montado desde los tres años, íbamos a Panabá y Sucilá cabalgando; me caí a los seis años, me fracturé las piernas y perdí la dentadura, mi madre se llenó de pavor, pensó que ya no volvería a montar, pero una vez que quedé sana regresé. Mi padre hoy tiene 74 años y sigue firme montado y escuchando a los charros cantores como Pedro Infante, Vicente Fernández, Antonio Aguilar y Joan Sebastian”.

10686762_877831482236206_3059245103373133439_n¿Qué hace hoy tu padre?
Continúa con su ardua labor junto con mi hermano, -en Umán-, criando caballos españoles, pura sangre, toros de lidia para fiestas patronales, -nunca torneos de lazo y esas cosas- cada año vamos a Xmatkuil y nos va de maravilla.
Karen Priscila tiene dos hermanos, José Raúl y Maribel Esperanza; José Raúl tiene muy bien armado un show ecuestre en el rancho Las Veletas, una escaramuza charra, que se presenta en ferias y eventos, allí realiza toda la suerte de actos charros, bailarinas de flamenco y canto ranchero.

“Yo le llamo pasión”
La vida de Karen transcurre entre sillas: la ejecutiva de su oficina y la de su caballo en los potreros del rancho Las Veletas, y cuando entrena y compite, lo hace en el lienzo charro Los Laureles. Mínimo monta dos horas, unas tres o cuatro veces por semana, se están preparando para el estatal de la escaramuza charra y luego el nacional, que es el mayor evento mexicano de la charrería.

FB_IMG_1434841806388¿Cómo haces para dividir tu vida profesional entre leyes y caballos?
Al principio se me complicaba combinar, tenía horarios completos de oficina, hasta en las noches, me estresaba no poder ir a las prácticas, por ello respiré tranquila cuando me cambié al área notarial, allí recuperé mi vida. Hoy me las ingenio, como deportista hay que prepararse mucho, ejercitar la disciplina sobre un caballo, que únicamente obedece al buen trato, uno se divierte y el caballo también, se siente en su actitud y respuestas inteligentes.

¿Deporte caro?
Sí, como todos los deportes hoy día, sin embargo, uno puede adaptarse al presupuesto, desde el caballo, hasta los arreos, botas tipo Jalisco, monturas, pecheras, cinchos, sombreros desde de los $1,500 hasta $15,000 si son de pelo de conejo, la vestimenta de la escaramuza es otro costo. Para mí todo esto se compensa cuando amas y disfrutas tu pasión, bañar a los caballos, peinarlos, ensillarlos, nadar con ellos en el mar… todo es disfrute. El caballo es un reflejo de su jinete, si lo enseñas mal, aprende eso.
Escaramuza: Ballet a caballo

DSC03993¿Qué es para ti la escaramuza?
Para mí es una suerte de ballet a caballo. Los animales aprenden rápido y lo hacen por repetición, al momento de hacer ejercicio, ellos saben y se anticipan a lo que les vas a pedir. Parecen niños, en ocasiones no se llevan entre sí, hay que estar muy atentos a ello, con la mano firme del jinete, porque un caballo puede morder o patear, se levanta sobre sus patas traseras y puede lastimar a alguien o al mismo jinete.
¿Qué le falta a la charrería para tener más público?
Creo que de entrada nos falta mucha más promoción, porque todos los eventos son gratuitos y abiertos al público, hay buenos eventos y charros muy profesionales, por ejemplo, en el rancho Los Laureles, esta escaramuza empezó en noviembre del 2016, actualmente yo soy la capitana.

¿Qué le falta al campo que tampoco tiene mucha fama?
Al campo no se le da la importancia que merece, desde la escuela primaria deberían fomentar el cariño por esa actividad, pero no se hace, siempre te recomiendan desde niño, abogado, ingeniero, doctor, arquitecto, informática, etcétera, pero nunca te dicen agrónomo, ganadero, agricultor, criador de caballos. Déjame decirte una cosa, el campo es un gran negocio, sólo hay que escuchar al que sabe y manos a la obra. Eso sí hay que trabajar siempre y muy fuerte.

¿Cuál es la suerte charra que más disfrutas?
Cala de caballos, allí están tú y tu caballo en una relación íntima, allí demuestras que tanta educación tienen.

Nombra a tus caballos
Príncipe, una delicia montarlo. Yesenia, entiende lo que le pido y me responde al cien en la escaramuza.
Y un potrillo azteca, cuarto de milla español, que aún no tiene nombre.

Pasión… ¿así le llamas?
Sí, te doy un ejemplo; te pueden gustar mucho, -como a mí-, los huevos motuleños, pero muy bien puedes estar quince días, un mes sin comerlos y decir no pasa nada, ya lo haré más adelante o cuando pueda… pero una pasión no se deja de lado.

* El presidente de la Unión de Charros de Yucatán es David Berlín Arce
* Yucatán tiene 18 equipos de charros y 16 escaramuzas

Por José Luis Preciado

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