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¿A quién heredar los conocimientos?

Necesitamos mantener vivos los oficios tradicionales

Por Jorge Alanis Zamorano

Se están acabando los personajes que saben convertir, reparar, transformar…leyendas vivas que se van. ¿Dónde quedará tanto conocimiento sobre estas formas artísticas empleadas para salir adelante? Parte de nuestro pasado se retira poco a poco, triste, cansado, muchos pasando al olvido para dar paso, ¿a qué?

Con falta de destreza e ímpetu, se vislumbra una generación que quiere todo con velocidad, sin paciencia, sin dirección o con poca disposición a querer aprender oficios que en su momento, fueron respetados y bien pagados. Hoy, los pocos que saben trabajar con las manos, a la antigua, aprovechan la escasez de oferta para hacer un buen negocio con sus manufacturas.

Allá en Maxcanú, me topé con Don José Artemio López Catzín, quien se presenta como una figura rústica en la que se plasma el tiempo transcurrido y con una mirada cansada de estar expectante. Él regresa cada mañana a fabricar las alpargatas que tanto buscan, hechas a mano desde cero; ese calzado que también se niega a morir, típico de los orgullosos danzantes que al ritmo de la jarana golpean con fuerza los templetes que hacen rugir la tradición, identidad y la alegría de ser yucatecos.

Don Temo López, como lo conocen en su pueblo, trabaja en un pequeño taller que forma parte de la vida local y de las tradiciones del Estado, donde además él compra todo lo necesario para hacer las alpargatas del futuro portador.

Nuestro protagonista recuerda cómo aprendió el oficio de talabartero: cuenta que a la edad de 15 años, su padre lo llevó con el señor Mario Burgos, quien era el único en Maxcanú que sabía de la actividad; en aquel entonces, eran cuatro personas que laboraban como aprendices en el taller, sin embargo, Don Temo tuvo que independizarse cuando se casó, debido a que el salario que recibía no era suficiente.

Sus tres compañeros y su mentor ya fallecieron, así que actualmente él es la única persona en Maxcanú que se dedica al oficio. Don Temo les enseñó a tres muchachos, pero éstos eligieron tomar otro camino, abandonando el oficio y la esperanza de que no se pierdan los saberes.

Hoy en día, abre la invitación a la gente que quiera aprender, tanto a sus paisanos como a las personas de fuera, incluso de manera gratuita, pues afirma que cuando a él le enseñaron, su padre tuvo que pagar mil quinientos pesos en abonos, lo cual era un dineral –señala- comparado con los 17 pesos que ganaba de sueldo.

Son las famosas chillonas jaraneras utilizadas en las vaquerías; Don Temo comenta que si comienza a trabajar desde las 5 de la mañana, ese día termina un par de zapatos sin problemas. El material para las suelas lo trae desde Valladolid, asegura, es de muy buena calidad.

El precio de un par de alpargatas hechas a mano por Don Temo López es de 550 pesos; están realizadas a la medida, solo dejas un anticipo y en una semana están listas. ¡Garantizado!

Recuerda que hoy más que nunca necesitamos hacer circular la economía local, recuperarnos, pero sobre todo, continuar con nuestras tradiciones para que no se pierdan en el olvido, sino que se mantengan por generaciones para conservarlas y así, mantener viva nuestra identidad. 

Busca a Don Temo López y no te pierdas de sus maravillosas creaciones. ¡Te dejo su contacto!

Celular: (997) 138-3798

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