La caza furtiva acaba con la vida diaria de 59 venados cola blanca, especie emblemática de Yucatán, además de que unos 19 mil ejemplares son mermados anualmente como producto de la antigua costumbre del aprovechamiento de la especie por parte de habitantes de varias comunidades de la entidad que los utilizan como medio de subsistencia.
“Hembras cargadas, pequeños, jóvenes y ancianos son depredados aún en la actualidad en algunos municipios de Yucatán”, afirmó Jorge Ivan Olvera López, presidente de la Asociación de Productores de Flora y Fauna Silvestre de Yucatán (Agadiffy).
Según datos de la Profepa, la población de venado se redujo de 400 mil a cerca de 80 mil ejemplares silvestres en los últimos años, debido a las artes de cacería que atentan contra el astado. Olvera López señaló que en el estado existen cerca de 90 unidades del cuidado al ambiente que se encargan de proteger a la especie, aunque aseguró que tal cantidad es insuficiente en comparación con el número de venados que imperan en el estado, población que alcanza la ocupación de casi todo el estado.
“El impulso de actividades como la cacería sustentable y el ecoturismo en haciendas serán implementadas como parte del desarrollo económico de esta especie endémica de la región y como atractivo turístico al estado”, aseguró.
