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El bordado de la serpiente: Xmanikté

Por Yicel Mis Góngora

Acompañé a mi mamá a un curso de bordado allá en San Pedro Chimay. Varios árboles frutales se encontraban adornados de algunos juguetes que parecían ya olvidados por los niños, un columpio amarrado a la mata de almendras y unos cuantos gatos nos dieron la bienvenida al patio de la casa de la familia Kab. Una mesita, tres sillas y un banquillo, adentro la familia y los niños preparaban tamales, la col hervía en el fuego de la leña, sin duda, un espacio sumamente acogedor. En una silla mecedora nos dio la bienvenida doña Abdulia Kab, quien con problemas de la vista ha dado clases de bordado a quien se lo solicite, pero no cualquier tipo de bordado; doña Abdulia está rescatando el casi desaparecido Xmanikté.

Con mucha paciencia tomó su aguja y comenzó la puntada, mientras me relataba en maya que ella aprendió este tipo de bordado a los 12 años, pero, a ninguno de sus hijos, nietos o a sus 17 bisnietos les llama la atención; así que le enseñó a su comadre y ésta ha comercializado los hipiles que ha elaborado. El Xmanikté, tiene una connotación bastante interesante, te cuento:

Resulta que el Xmanikté es el único bordado endémico maya, quiere decir “flor de la vida” o algunos poblados también se le conoce como Xmanikbeen que quiere decir “perpetuidad”.

Las puntadas asemejan la forma de una serpiente, se dice, que, si pasas la mano sobre una 7 veces, podrás realizar correctamente este bordado y serás más sabia. Por miedo las mujeres mayores evitan transmitir el conocimiento a las jóvenes ya que la serpiente, acá en la región, tiene un apego significativo con la muerte. Además, hay que hacer un canto para evitar que se te aparezcan las serpientes durante el tiempo que bordes. Este canto es bastante antiguo que muy pocas bordadoras se atreven a entonar porque para ellas simboliza atraer la muerte.

Las puntadas del Xmanikté no tienen fin, simboliza continuidad de ahí su nombre en maya, porque dice doña Adbulia mientras sus manos arrugadas pasaban un hilo de estambre dentro de una aguja sin problemas, si la bordadora no acaba su bordado en esta vida, lo continuará en la otra vida. Con mucha paciencia, nos dedicó la mañana para enseñarnos correctamente la puntada y aprovechó para continuar con su bordado.

Este bordado endémico tiene mayor valor que otras puntadas populares en la región puesto que el Xmanikté se diferencia por el trabajo involucrado, su complejidad y rareza, además por una cercana visión de la muerte maya.

Si tienes la oportunidad, acércate a la entrada de la Hacienda San Pedro Chimay con la familia Kab, quienes desde su patio están preservando nuestro patrimonio cultural.

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