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El henequén al rescate del planeta

Para nadie es un secreto que la contaminación con plástico ha tenido un impacto calamitoso en suelos y mares, por lo que la tendencia a nivel mundial nos está exigiendo regresar a lo natural.

Por Francisco F. Gamboa

El henequén es una planta nativa de estas tierras del Mayab perteneciente al género de los agaves. Las propiedades de la fibra obtenida de sus hojas permitieron que durante casi cien años floreciera una industria que puso a la Península de Yucatán en los ojos de todo el mundo, pues desde aquí era procesada para la elaboración y exportación de cuerdas, sogas, sacos, hilos y demás artículos demandados internacionalmente. Sin embargo, el reinado del “oro verde” cayó en picada a partir de la creación de las fibras sintéticas y otros productos sustituyentes.

Hoy la Tierra nos reclama hacer conciencia sobre el uso que le estamos dando al plástico, planteando así una segunda oportunidad para el henequén yucateco… y es que hay que aclarar que nos referimos al “yucateco”, amigo lector, pues el declive de la agroindustria se debió no solo a las razones antes mencionadas, sino también a factores sociopolíticos que provocaron que otros países, como Brasil, lograran adaptar la planta a sus regiones, arrebatándonos el liderato industrial (según datos del diario El País, en 2017 Brasil produjo 65,000 toneladas contra las 12,800 producidas en México).

En los últimos años, China, con su interés en fabricar productos amistosos con el medio ambiente, ha puesto los ojos en Yucatán con la intención de afianzar la compra de la producción local de henequén. No obstante, hoy por hoy nuestra producción está muy limitada y ante esto, la iniciativa privada y gobierno deben trabajar juntos para darle un segundo aire a este sector que por tantos años parecía limitarse únicamente a la fabricación de artesanías y ‘souvenirs’.

Es por ello que es bueno saber que el año pasado la Secretaría de Desarrollo Rural (Sader) informó que se invertirán 22 millones de pesos en la industria henequenera, sin embargo, esto apenas es el principio y hay que seguirle los pasos de cerca a este ramo no solo por el beneficio económico que nos puede traer, entre ello, generar empleos locales y con esto lograr beneficios sociales, pues no olvidemos que la falta de oportunidades lleva a padres y/o madres a trabajar lejos de su hogar, provocando la desintegración de muchas familias yucatecas.

 

#UnCampoParaInvertir.

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