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El ‘sube y baja’ del maíz

Los consumidores de granos, llámense porcicultores, avicultores, ganaderos, la industria de la tortilla, por mencionar algunos, han sido golpeados fuerte ante las agresivas alzas que hemos visto en el maíz, que han visto reducir sus márgenes de manera importante

Si bien es cierto que el maíz ha tenido un espectacular ascenso en su nivel de precios desde agosto pasado (57% a plazo de julio), de febrero a la fecha hemos visto al maíz operar en modo sube y baja, para al cierre del viernes acumular un retroceso del 3.42% o 7.38 dólares/tonelada desde el pasado 8 de febrero, ubicándose en 208.35 dólares/tonelada, lo que automáticamente hace que más de uno se pregunte si el maíz habrá cambiado de tendencia y empezará a caer, o si este es solo un respiro para continuar su tendencia alcista.

Y es que los consumidores de granos, llámense porcicultores, avicultores, ganaderos, la industria de la tortilla, por mencionar algunos, definitivamente han sido golpeados fuerte ante las agresivas alzas que hemos visto en el maíz, que han visto reducir sus márgenes de manera importante e inclusive en algunos casos ya tener pérdidas, por lo que de mantener el maíz la tendencia alcista, varios de ellos se verían en graves aprietos.

Por lo pronto, la duda sobre la dirección del mercado nace a partir de varios factores, entre los que se encuentran el reciente reporte sobre oferta y demanda al mes de marzo que emitiera el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) el martes de la semana pasada, y en el que incrementara la expectativa de los inventarios finales a nivel mundial en 1.14 millones de toneladas, para llevarlos a 287.67 millones, por encima de los 284.40 millones que esperaba el consenso del mercado.

A nivel Estados Unidos, la expectativa del mercado era que el USDA revisara al alza el rubro de las exportaciones, por la fuerte demanda china, que ha sido uno de los motores principales para las alzas en el maíz, y en donde a la fecha ya se han exportado en seis meses poco más del 89% de lo esperado para todo el año; sin embargo, el USDA las dejó en las 66.04 millones de toneladas que había estimado desde el pasado mes de febrero.

El otro rubro que dejó sin cambios fue el del uso de maíz para etanol, al mantener los 125.74 millones de toneladas del mes pasado, a pesar de que los márgenes de etanol se han venido recuperando favorablemente debido al incremento en el precio del petróleo y en consecuencia de los combustibles.

En resumen, el USDA mantuvo la expectativa de los inventarios finales de Estados Unidos en 38.13 millones de toneladas versus los 36.83 que esperaba el mercado, lo cual mostró un reporte que definitivamente no fue alcista.

Para aderezar el tema y tras las preocupaciones que han existido sobre la producción de maíz y soya en Argentina y Brasil, el USDA estimó la producción de maíz en el primero en 47.5 millones de toneladas cuando el mercado esperaba que la redujera a 46.7 millones, mientras que en Brasil la ubicó en 134 millones de toneladas versus 132.8 esperadas.

A lo anterior, se sumó un débil reporte de ventas de exportación semanales para el maíz que las ubicó en 395.5 mil toneladas, cuando se esperaba estuvieran en un rango de entre 400 y 750 mil toneladas, donde China brilló por su ausencia.

Adicionalmente, se habló de un rebrote de fiebre porcina en el país asiático que podría hacer que disminuya su nivel de consumo, y también ya se ha sentido la presencia de Brasil en el mercado exportador con mayor fuerza.

Pese a todo lo anterior, el mercado está a la expectativa de dos reportes claves por parte del USDA que se publicarán a fin de mes: el de intenciones de siembra donde veremos si los productores se lanzan fuerte a sembrar maíz gracias a los elevados precios que aún prevalecen en el mercado, y el de inventarios trimestrales, que nos darán mayor luz sobre el consumo para forrajero, etanol y exportaciones.

La moneda está en el aire y nuestra recomendación es que tanto productores como consumidores tomen coberturas, unos para aprovechar los buenos precios que aún prevalecen, y los otros para evitar que siga la sangría en caso de que sigamos al alza.

ALFONSO GARCÍA ARANEDA. EL ECONOMISTA.

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