Facebook
Twitter

En sus propias manos… ¡La respuesta ahí siempre!

Por Jorge Alanis Zamorano

En la vida, hay ocasiones en las que necesitamos sacudidas para lograr despegar y no arrodillarnos en la desesperación, comenzar desde cero y trabajar con el objetivo de no quedarse atorado. La respuesta para llevar a cabo un nuevo emprendimiento muchas veces la tenemos a la vista, debajo de nuestras narices.

Así ocurre con la historia que a continuación te presento: una visionaria mujer que trabajaba en un taller donde aprendió y perfeccionó el oficio del bordado, empleo del que tuvo que separarse por un tiempo por diversas situaciones y que representó un cambio radical en su vida. Al principio comenzó sin un solo peso, sin material, y hoy, el resultado de su esfuerzo ha viajado hasta los Estados Unidos.

Es en Tixkokob donde conocí a Teresa Moo, quien orgullosa platicó conmigo, me contó su historia y presentó sus productos. Ella me relata que comenzó con un poco de miedo, sin embargo, tuvo fe en su nuevo proyecto, enfrentó sus temores y actualmente ya no se imagina una vida sin esta actividad.

Teresa realiza hamacas, sillas, lámparas, cortinas, almohadas, tapetes, manteles y mucho más, para los cuales utiliza una amplia variedad de diseños propios. Sus clientes, por su parte, siempre quedan satisfechos y contentos con sus compras.

Aprendió a realizar diversos tipos de nudos y tejidos con la técnica del macramé, ofreciendo exquisitos patrones que enamoraban a primera vista y hoy en día, emplea a más de treinta personas que a través de este sueño también logran llevar alimento a sus hogares. Ella confiesa no haber dimensionado que perder el miedo a emprender, tendría además un impacto positivo en otros.

Su trabajo no se queda solamente en el taller, pues tiene a más personas capacitándose, mientras que otras trabajan desde casa. Con alegría, Teresa comenta que a todos les gusta mucho aprender de este oficio y que el ambiente es tan jovial que parecen una familia, detalle que considera como el principal diferenciador en “La Hamaca de la Abuela”, nombre de la empresa que encabeza, lo cual se ve reflejado en los productos que elaboran y por supuesto, en los clientes, quienes se van gustosos y muy bien atendidos.

Me expuso que las piezas que presentan son siempre con una gran diversidad de nudos como el mágico, Alondra, punto festón, horizontal, nudo plano o cuadrado, retorcido, cordón diagonal, Josefina, corazón celta, entre otros.

Me es grato observar cómo exhiben su trabajo, contando su historia, mostrándonos sus logros. Debemos reflejarnos en todos ellos, quienes trabajan y luchan por tener y consolidar un negocio, aquellos quienes dan trabajo a otros; personajes que también llevan el nombre de su localidad, de su Estado e incluso de su país, a lugares lejanos.

Busca en Facebook “La Hamaca de la Abuela (Le K’áano’ U Chiich)”; seguramente lo que encontrarás superará tus expectativas. ¡Compra lo que aquí se hace! Adquiere productos de excelente calidad, hechos orgullosamente en Yucatán.

#OrgullososDeLoQueSomos

Facebook
Twitter

Deja un comentario

Diseño web por