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Los niños, semillas de la sustentabilidad

Agua, alimento y aire, lo único que necesitamos

Especial Rural MX

Todo, absolutamente todo lo que hacemos y por donde pasamos dejamos huella y por mucho tiempo no reparamos en lo que hacíamos ni lo que hacemos. En un principio puede que cueste trabajo entender el ejercicio en acción de la sustentabilidad, dándonos cuenta que nuestro ecosistema está desgraciadamente muy dañado a causa de nosotros. El quehacer va más allá de sujetarse del concepto en el sector rural, está inmerso en las grandes urbes, está incluso, donde aparentemente no habitan seres humanos, pero sí son afectados por ellos.

La cultura de la sustentabilidad crece poco a poco, enfrentándose al arraigo que tenemos del consumismo. ¿Cómo lograr que el hábito de la sustentabilidad forme parte de nuestra vida diaria? Salvador Castell González platicó de la cultura de la sustentabilidad, comentando que el concepto es transferir el conocimiento de cómo se comportan los ecosistemas y saber que nosotros somos una especie que también vive dentro de uno. ¿Qué significa eso? Que debe existir equilibrio entre nosotros, los recursos naturales que consumimos para sobrevivir y en nuestro caso la generación de riqueza y bienes y, por otro lado, la conservación del patrimonio cultural y social.

¿Hay que utilizar al ambiente con responsabilidad?

Así es. Es una reinserción a la naturaleza. Como humanos solo necesitamos tres cosas: agua, comida y aire. Entender que existen necesidades biológicas y necesidades creadas que nos llevan a un consumo excesivo provocando una sobrecarga a la naturaleza; nos venden la idea de que “consumir y obtener bienes nos genera bienestar”, por lo que debemos cambiar el concepto de felicidad y cambiando ese concepto dejaremos de adquirir tanto como lo hemos hecho.

¿Cómo podemos sembrar al planeta?

Muchos dicen “plantar árboles”, que es una acción biológica, ecológica, sistémica adecuada, no obstante, ¡hasta eso se tiene que hacer bien! Se debe hacer con árboles de la región porque no favorecemos sembrando árboles de otras, debe tener un enfoque que permita proteger a los animales que comen su fruto, es decir, proteger a todo el ecosistema. Pero mira, en realidad debemos ser más enfáticos con el medio ambiente, es nuestro derecho a contar con un medio ambiente sano y debemos exigirlo, pero, ¿lo hacemos?

La verdadera semilla, ¿dónde está?

Detectamos a niños que tienen proyectos sustentables y por esto, lanzamos el premio al Mérito Ecológico Infantil y Juvenil porque queremos que los vean y que a más niños les den ganas de entrar a esta dinámica, nosotros potenciamos sus proyectos con nuestros conocimientos especializados y les ayudamos a buscar recursos para que su proyecto termine satisfactoriamente. El apoyo técnico que nunca les dan, nosotros se los estamos otorgando.

Estimado lector, los niños responden muy bien y es con ellos la apuesta, sin embargo, nosotros debemos dejarles el conocimiento y retomar los valores que hemos perdido para respetar, cuidar y fomentar un medio ambiente sano. Ellos, los niños, lo aprenden y lo reciben bien; nosotros los adultos debemos entrar a la dinámica porque entonces, ¿qué le estás dejando a tus hijos? Y mientras estamos aquí ¿cómo estamos viviendo? Comprender primero la sustentabilidad en todos sus términos y exigencias ya que en las zonas urbanas aplica, en tu casa, en tu diario haber, recuerda que donde estamos vamos dejando huella, que nuestros pasos no dejen daños al ecosistema al que pertenecemos.

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