Facebook
Twitter

Marcadores moleculares en la ovinocultura, herramienta de mejoramiento genético

Por Jorge Alanis Zamorano

Desde finales de la década de los 90’s, los marcadores moleculares han trabajado en la mejora de plantas y animales, seleccionándolos a través de secuencias identificables de ADN alojados en determinados lugares del genoma. Es decir, a través de esta técnica, los productores tratan de perpetuar la herencia genética de los mejores animales para transmitirlo a las generaciones futuras.

Tuvimos en cabina al MVZ Franklin Quiñones, presidente de la Asociación Ganadera Local Especializada de Criadores de Ovinos (AGLECO), quien sin ser un especialista en genética, confirma que el uso de marcadores moleculares es una herramienta muy efectiva en la crianza de borregos y bovinos, además de considerar que debería ser más aprovechada en Yucatán. Esto, a su vez, cobra más importancia con los criadores de razas puras.

Una mejora pero, ¿en qué sentido?

Hablamos de animales de los cuales se obtiene algún bien, como carne o leche. La importancia de esta selección radica en que los insumos nutrimentales cada día son más costosos, lo que encarece la crianza y deja un margen de utilidad muy bajo en el productor, por lo que este tipo de alternativas pueden representar una gran opción para mejorar los objetivos de los ovinocultores.

En las raíces de esta mejora, el productor observaba y registraba los datos sobre el desempeño de sus animales, sean machos o hembras, además que las borregas recibían una supervisión especial con sus descendencias y al final, con toda esta información, poder tomar decisiones para mejorar la producción.

Ahora también está la selección que se puede tomar de los especialistas en genética y, con base en esos datos y el comportamiento de una generación, se calcula un parámetro basado en la progenie, que es como se le conoce a las crías que son resultado de esta intervención, a las cuales se les analiza para saber cuál es su valor genético de acuerdo a las características que se buscan.

Todo esto lleva tiempo, como cualquier proceso de investigación; desde buscar la asesoría con especialistas y registrar los datos, hasta analizarlos e interpretarlos, lo que puede tomar hasta unos cuantos años para obtener un dato concreto.

El uso de marcadores moleculares en nuestro país

En México, la Unión Nacional de Ovinocultores (UNO) desde hace varios años recolecta material genético (sangre) que es objeto de un registro genealógico, la cual se conserva y al momento de obtener el volumen necesario requerido, se procesa para conocer las características genéticas existentes.

Es decir, a través del ADN de los ovinos se determinan aquellas porciones genéticas que están asociadas a un valor importante, como por ejemplo, que la borrega pueda ovular mucho en cada ciclo, que las crías crezcan y se desarrollen más rápido, que tengan musculatura más fuerte o que produzcan más leche, o incluso que sean más resistentes a ciertas enfermedades, como parasitosis o gripas.

Para realizar el registro de las especies e incluirlos en la dinámica de la UNO, se les debe tomar una muestra de sangre y ésta se envía al laboratorio para su análisis. Hasta hoy, existe un panel de 52 marcadores inidentificables.

Es una técnica que en un principio puede parecer un gasto fuerte, sin embargo, a largo plazo se ahorra más a nivel de productividad donde además, con la información proporcionada, se puede realizar la venta de animales con franco destino y mejores ganancias gracias al alto valor en la carga genética de los ejemplares.

Entrevista completa en nuestro canal de YouTube Rural MX como Ovinocultura: Marcadores moleculares.

Facebook
Twitter

Deja un comentario

Diseño web por