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Migrantes salvan economía

Mientras algunos países como Canadá o Italia se esfuerzan por apoyar a los indocumentados durante la pandemia del coronavirus, otros más como Estados Unidos emplean medidas que obstruyen su permanencia.

El gobierno de Italia adelantó que regularizará a cerca de 200 mil inmigrantes con el objetivo de ayudar a reactivar su economía, así como suplir la falta de mano de obra en la agricultura.

El problema que ha traído consigo la pandemia es que muchos trabajadores de países europeos como Polonia, Rumanía o Bulgaria no han podido entrar al país en esta temporada debido al cierre de fronteras, por lo que necesitan mano de obra para no perder el producto.

Pese las medidas especiales de inmigración y viajes que Canadá implementó por el COVID-19, el país continúa comprometido con este sector de la población al anunciar en marzo pasado el Plan de Niveles de Inmigración 2020-2022.

El gobierno canadiense reconoce que los inmigrantes apoyan al mercado laboral y el crecimiento económico del país, es por ello que todavía permite la entrada a indocumentados exentos, estudiantes internacionales y trabajadores extranjeros temporales.

Naciones Unidas señaló, por su parte, que “numerosos profesionales que dejaron Venezuela están ayudando en la respuesta a la pandemia en sus países de acogida, devolviendo parte de la solidaridad que han recibido”. Las aportaciones van desde médicos, a emprendedores que dan clases de marketing por internet, los refugiados aportan sus conocimientos y su trabajo en el combate a una enfermedad que no entiende de nacionalidades.

Siguen maltratados

Por el contrario, Estados Unidos continúa restringiendo el paso a indocumentados, el presidente Trump anunció que suspendería “temporalmente” la migración hacia su país debido a la pandemia.

Las industrias alimentarias y de restaurantes en EU dependen de la mano de obra inmigrante. De los 400 mil trabajadores agrícolas en California, alrededor de 60 a 75% son inmigrantes indocumentados, en su mayoría de México. Ellos permanecen en los campos, pues son clasificados como trabajadores “esenciales”.

Se calcula que 6 millones 259 mil inmigrantes tienen empleos en la primera línea de la lucha contra el COVID-19, incluidos los servicios de atención médica y sociales; en tiendas de comestibles, farmacias y estaciones de servicio; en la fabricación de alimentos, medicinas, entre otros.

Pero miles de migrantes que trabajan en Medio Oriente están sufriendo lo peor de la pandemia.

En los estados del Golfo, los trabajadores migrantes representan altas proporciones de infecciones por el virus. En Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, las cifras oficiales indican que casi todos los casos han sido entre extranjeros, que viven en campos de trabajo.

De acuerdo con un reportaje del periódico The Guardian, los trabajadores de la construcción se encuentran en su mayoría confinados a dormitorios, lejos de los horizontes y estadios que habían estado construyendo, y despojados de sus ingresos.

 

 

Fuente: El Heraldo de México.

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