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Para decir adiós al paternalismo, todo empieza con la educación

* Polan Lacki afirma: La principal causa de los problemas económicos de la gran mayoría de los productores rurales de América Latina reside en las ineficiencias que están cometiendo en las distintas etapas de su actividad agrícola causadas por la inadecuación de los contenidos educativos y por la baja calidad de la educación rural, aunado a la insuficiencia y obsolescencia de los conocimientos que poseen, con crecientes dificultades para poder sobrevivir económicamente de la agricultura; con la globalización de los mercados necesitan competir con los agricultores más eficientes del mundo.
Otra causa es debido a su ancestral individualismo que no les permite solucionar aquellos problemas que exigen mayor economía de escala, inversiones de costo más elevado y servicios que para ser ejecutados requieren que estén debidamente organizados en grupos solidarios o cooperativos. Estas actitudes individualistas, que deberían eliminarse de los comportamientos de los niños en las escuelas rurales de educación básica, son las que, en gran parte, les impiden apropiarse legítimamente de un porcentaje más justo de las riquezas que producen en sus parcelas. Varios estudios indican que, en promedio, los productores rurales de América Latina reciben apenas el 20% de los precios que los consumidores pagan por los alimentos en los supermercados, verdulerías/fruterías, panaderías y carnicerías.

Hay que teorizar menos y educar mejor

Los gobiernos, a través de sus instituciones educativas en los medios rurales pueden y deben formar, capacitar, profesionalizar, empoderar y fortalecer intelectualmente a los productores rurales.
El gran obstáculo para concretar dicha adecuación educativa reside en el hecho de que en América Latina (con rarísimas excepciones) el sistema de educación rural y urbano está fuertemente influenciado por los sindicatos de profesores que sumado a las estériles reformas educativas, nos han demostrado durante décadas y décadas que los campesinos son las principales víctimas del poco útil sistema educativo rural.
Las facultades de educación están formando educadores muy teóricos
En las facultades de educación/pedagogía/escuelas normales los futuros maestros deben tener una formación más útil, instrumental y práctica. Esto con el propósito de que, a partir de la fecha de su graduación (y no x años después), los maestros sepan: qué y cómo hacer para proporcionarles a los niños de las escuelas de educación básica rurales los conocimientos útiles, habilidades, valores, actitudes que las familias del campo necesitan adquirir.

Las facultades de ciencias agrarias necesitan “desurbanizarse” y enfatizar las prácticas de campo
Las facultades de ciencias agrarias deberán «desurbanizar» su enseñanza con el fin de otorgar a las nuevas generaciones de egresados una formación mucho más práctica y realizada en gran parte donde los problemas ocurren y necesitan resolverse; es decir, directamente en el campo. Deberán estar aptos para formular creativas e ingeniosas soluciones agronómicas/zootécnicas/veterinarias que les permitan corregir los errores que los productores rurales cometen. Sin embargo, en muchos casos para corregirlos también es necesario que los profesionales sepan demostrarlo a los agricultores y ganaderos, utilizando sus habilidades manuales. Por esta razón, además de títulos académicos “es necesario que tengan muchos callos en sus manos”. No es entendible cómo un estudiante de agronomía de extracción urbana formado por profesores que en su mayoría también son de origen urbano, pase 5 años en la facultad estudiando teóricamente en las aulas, laboratorios y power points, cómo mejorar la producción lechera del país si nunca tuvo la oportunidad y mucho menos la obligatoriedad de preparar una ración balanceada ni de hacer un ordeño higiénico de la vaca. ¿Con qué autoridad técnica ese egresado podrá orientar a los agricultores cómo sembrar, cosechar, injertar o podar si nunca reguló una sembradora o cosechadora, nunca injertó o podó un árbol frutal?

Los niños y jóvenes del campo necesitan aprender cómo erradicar su pobreza. Ellos no están interesados en conocer las biografías de los reyes de Francia
Las escuelas de educación básica en los medios rurales, necesitan “agriculturalizarse” y “ruralizarse” para formar una nueva generación de agricultores motivados y capaces de adoptar de manera correcta las innovaciones que requiere la agricultura del mundo globalizado y moderno. Para la gran mayoría de los habitantes rurales el acceso a las escuelas básicas es la única oportunidad que tienen para adquirir conocimientos útiles para la vida y el trabajo en el campo. Sin embargo, esta excelente oportunidad en gran parte está siendo desperdiciada porque muchos de sus contenidos curriculares son irrelevantes, que los aburren, de poca utilidad y aplicabilidad en la solución de los problemas existentes en las áreas rurales que ellos enfrentarán después de adultos.

¿Cuál es la utilidad o aplicabilidad en la vida cotidiana de los niños rurales, cuando les hacen memorizar sobre los faraones y las pirámides de Egipto, las altitudes del Everest y Kilimanjaro, conjugar verbos en tiempos pluscuanperfectos, etcétera? Y dejan a un lado contenidos más útiles y necesarios para la vida como por ejemplo: a) Principios, valores, actitudes y comportamientos para mejorar su desempeño como personas; b) Las medidas más elementales para obtener una producción agropecuaria más eficiente, más diversificada y más rentable; c) Las medidas de higiene, profilaxis y alimentación que ellos deberían adoptar para evitar las enfermedades que ocurren con mayor frecuencia en las zonas rurales; d)- Qué y cómo deberían hacer para prevenir las intoxicaciones con pesticidas y otros accidentes rurales y cómo aplicar los primeros auxilios; e) Cómo organizar solidariamente la comunidad para solucionar, en conjunto, aquellos problemas que no pueden o no deben resolverse individualmente, como por ejemplo la adquisición de los insumos y la comercialización de las cosechas; f) Cómo evitar las principales plagas y enfermedades de la agricultura y de la ganadería, cómo identificar y eliminar las plantas que intoxican a sus animales y los insectos que transmiten las enfermedades, cómo identificar víboras venenosas, etc. En otras palabras, en vez de hacerles memorizar la longitud del Río Nilo, sería más constructivo enseñarles cómo hacer un «Jardín» lleno de hortalizas, frutas, plantas medicinales, huevos, pollos o conejos para mejorar la alimentación y consecuentemente la salud familiar.
La educación de las familias rurales es el camino para reemplazar el nefasto paternalismo que desestimula las iniciativas y destruye dignidades. Una educación que impulse las potencialidades, el autodesarrollo y liderazgo en las gentes del campo, esa es la más eficaz estrategia para emanciparlos de los cada vez más decrecientes apoyos gubernamentales.

Textos y otros artículos relacionados están disponibles en la siguiente página web: www.PolanLacki.com.br/esp/artigos.html

* El ingeniero agrónomo brasileño, Polan Lacki, por 23 años laboró en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), también por 5 años fue extensionista con los agricultores más pobres de su país, además de ser un conferencista convocado por los más importantes organismos de la ONU y OEA, universidades, centros de investigación, etcétera. Actualmente coordina una amplia red electrónica que recolecta y difunde experiencias con el afán de encontrar solución a los problemas rurales y agrícolas.

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