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¿Puede Estados Unidos alimentar a China?

Más que el petróleo, México debe reactivar el campo

Por Alberto Banuet Abarhi

Estados Unidos ha sido el supermercado del mundo en lo que se refiere a la compra de alimentos por más de 50 años, y en este tiempo los americanos no han tenido ni escasez ni precios rampantes en la comida, pero este extraordinario productor está a punto de atestiguar un cambio.
Lester R. Brown, conocido como el gurú del movimiento global del medio ambiente y presidente del Earth Policy Institute sostiene algunas conclusiones críticas sobre la necesidad que tendrá China en el futuro próximo para alimentar a su creciente población.
Dice que, guste o no, el mundo tendrá que compartir su comida con los chinos, lo que de entrada anuncia que esto hará subir los precios.
Dice Brown que hay varios factores que convergen en la necesidad que tiene China para salir a comprar comida y asegurar su propia seguridad alimentaria, sostiene incluso, que de manera soterrada ya lo empezaron a hacer.
Hace algún tiempo, los líderes chinos optaron por hacer esfuerzos para ser autosuficientes en la producción de granos, aunque fallaron en la producción de soya y voltearon hacia América para surtirse, la única zona en el mundo capaz de producir lo que requerían.
Por esta razón, ahora los E.U tienen más tierra sembrada de soya que de trigo, Brasil tiene más superficie cultivada con soya que con todos los demás granos combinados, lo mismo sucede con Argentina, en donde la soya es ya prácticamente un monocultivo, en resumen, en nuestro hemisferio hay más soya que maíz y trigo juntos.
Por otro lado, para que China pudiera mantener su producción de otros granos, empezó a sembrar en tierras ganaderas y a sobre explotar sus acuíferos, de manera que ha creado una enorme zona polvorienta en el norte y oeste del país que ya se registra constantemente en las imágenes de satélite.
Esta y algunas otras razones son las que han hecho que las reservas alimentarias de China se aprieten después de casi 15 años de autosuficiencia en granos, lo que origina que tenga que sacar la chequera para comprarlo en el mercado global, como lo que ha tenido que hacer con el 80% de la soya que consume.
Nadie sabe cuánto realmente necesita China, pero si requiriera importar solo el 20% de su consumo, necesitaría 80 millones de toneladas, un poco menos de las 90 millones de toneladas que exportan los E.U al resto del mundo.
Este escenario es catastrófico para países como el nuestro, porque los americanos, aunque no quieran, tendrán que venderle a China, país que financia el déficit fiscal de los americanos cada vez que se les atora la carreta, al grado que hoy tiene más de 900 billones de bonos del tesoro del tío Sam, es decir, es el banco de los americanos.
En otras palabras, si nosotros no nos ponemos a trabajar, ni con el dinero en la mano podremos comprar alimento a nuestros vecinos y socios comerciales, con todo y la reforma petrolera y el mundo de dinero que dicen vamos a tener y ahí es cuando el gobierno supremo entenderá que el petróleo no se come.
Que China confíe en la producción de alimentos de los E.U. para satisfacer sus necesidades es una pesadilla, para los propios consumidores americanos que tendrán que pagar sus alimentos más caros, como para el resto del mundo que también confía en hacer sus compras en inglés.
Un desafío y una oportunidad, el problema es que nuestros gobiernos están ocupados en cosas más importantes, en reformas electorales, de comunicaciones, petroleras y desde luego en las próximas elecciones.

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