Facebook
Twitter

¿Quién es el malo, nosotros o los químicos?

Por Ing. Karina Cubias

El abuso en la aplicación de químicos en la agricultura con el fin de controlar las plagas, es una de las causas de la creciente contaminación de la naturaleza. Los productos agrícolas con exceso de plaguicidas no deben consumirse ni por las personas, ni por los animales. El ser humano rompe el equilibrio ecológico, muchas poblaciones de animales que en su ambiente originario están reguladas por la presencia de competidores o depredadores, en otro medio son capaces de aumentar en número considerablemente.

El empleo de fertilizantes y plaguicidas en grandes cantidades, no sólo elimina los insectos dañinos, sino que diezman la población de otros insectos útiles, como abejas, abejorros, avispas y otros animales polinizadores.

En la agricultura, las plagas se han enfrentado de dos maneras: la primera aprovechando la riqueza del ecosistema mediante el uso de métodos sencillos y naturales. La segunda y más utilizada en los últimos 50 años, aprovechando la tecnología, particularmente la química para matar o eliminar las plagas, pero con serias consecuencias para el suelo, seres vivos y medio ambiente.

Los agroquímicos a corto plazo controlan la plaga, pero a largo plazo destruyen y agudizan el problema con la eliminación de los enemigos naturales y fomento de aparición de otras plagas, esto genera que los agricultores aumenten cada vez más las dosis y hacer aplicaciones más frecuentes ya que las plagas aumentan la resistencia contra los químicos.

Consecuencias que ocacionamos al abusar de los agroquímicos

 Contaminación de ríos, pozos, lagos y mares. Cuando el subsuelo recibe directa o indirectamente los plaguicidas.

Daño en otros cultivos. Cuando se aplican usando aviones o con aspersores (bomba de mochila), por medio del viento alcanzan otros cultivos y a la naturaleza en general, que también resultan afectados.

Muerte de peces. Contaminan los ecosistemas acuáticos causando la muerte de miles de peces y otras especies.

Envenenamiento de insectos útiles. El empleo masivo, no sólo elimina los insectos que se pretendía combatir, sino que diezma las poblaciones de insectos útiles.

En animales domésticos. Al hacer las aplicaciones en las viviendas y en los patios, se intoxican animales como perros, gatos, pollos, pavos y otras aves.

En los suelos, se eliminan los microorganismos como hongos, bacterias, protozoos, gusanos, entre otros.

Intoxicación directa. Las personas que preparan y usan los plaguicidas inadecuadamente se exponen a intoxicaciones o envenenamientos, así como utilizar los envases para beber agua, aunque sean lavados.

Intoxicación indirecta. Todas las personas, así no trabajen en la agricultura, pueden sufrir la intoxicación diaria y acumulativa que van en los productos que en el campo fueron tratados con esas sustancias, que entran al organismo por: piel, mucosas, vía inhalatoria, vía digestiva.

En el caso de una mujer embarazada puede transmitirlos a través de la placenta a su bebé, causando en muchos casos malformaciones genéticas, mutaciones, pérdida de embarazos, afecciones respiratorias severas, leucemia, etc.

Tipos de intoxicaciones. 1) Aguda: se produce generalmente durante una jornada laboral o incluso en menos tiempo. Se estima que anualmente 3% de todos los trabajadores agrícolas padecen de una intoxicación aguda por plaguicidas; muchos de ellos pierden la vida. 2) Crónica: aparece días, semanas, meses o años después de estar en contacto con los agroquímicos.

Efectos de las intoxicaciones. Dentro de los efectos comprobados en el ser humano se destacan: Esterilidad en el hombre, daños en los nervios y en el cerebro, cáncer, daños en el hígado, en los pulmones, en la piel y en los ojos, trastornos del sistema inmunológico.

Facebook
Twitter

Deja un comentario

Diseño web por