La calabaza de Castilla, famosa por su papel en las ofrendas de Día de Muertos
La calabaza de Castilla, famosa por su papel en las ofrendas de Día de Muertos y en el emblemático postre de calabaza en tacha, es un fruto de gran valor histórico, cultural y económico en México y se convierte en la reina de los mercados durante el otoño, decorando hogares y ofreciendo su vibrante color y dulce aroma.
Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, este fruto es esencial en festividades como Halloween, Día de Muertos y Día de Acción de Gracias, simbolizando la abundancia y el recuerdo de los seres queridos. Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Sonora lidera la producción nacional con 19,735 toneladas, seguido de Michoacán con 5,293 toneladas y Guerrero con 3,695 toneladas.
La calabaza en tacha: Un dulce con historia
Un superalimento con múltiples beneficios
Más allá de su simbolismo, la calabaza de Castilla es un alimento nutritivo. Por cada 100 gramos de pulpa cocida, aporta solo 26 calorías y es rica en vitaminas y minerales esenciales. Destaca su contenido de vitamina A (148% del valor diario recomendado), que apoya la salud ocular y el sistema inmunológico, y vitamina C, un antioxidante importante. Además, contiene potasio, calcio, magnesio y hierro, nutrientes esenciales para la salud cardiovascular, ósea y la función muscular.
Orígenes mesoamericanos y relevancia actual
La calabaza de Castilla tiene raíces profundas en la historia de Mesoamérica, donde civilizaciones prehispánicas la cultivaron hace miles de años. Las pepitas o semillas, valoradas por su alto contenido proteico, se utilizaban en tiempos de escasez. Su capacidad de conservación y su versatilidad culinaria la han hecho prevalecer hasta nuestros días, adaptándose a la gastronomía y las tradiciones mexicanas.
Fuente: Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural