Por Jorge Alanis Zamorano
Cada año en el rancho San Pedro celebran que las cosas buenas llegaron en tiempo y en forma. En agosto del 2016 los visitamos y bajo la sombra de un árbol nos compartieron sus intensas ganas de lograr sus proyectos “Cuando sientes que se te reventó el barzón…” titulamos aquella visita. Ahora nos invitaron el 16 de marzo para compartirnos sus avances, y más que eso, la celebración misma que los ha llevado a situarse cada día al lugar donde quieren estar: en familia, en su rancho.
Don Cándido Tamayo y su sobrino César Aké Tamayo dieron rienda suelta a sus ganas de trabajar y conjugaron sus deseos de éxito. Ellos, se han dejado guiar por el MVZ Alfredo Álvarez con quien platiqué largo rato. Me cuenta que César y don Cándido atienden sus indicaciones por lo que los índices de logros con su ganado son del 80%, ¡muy alto! me confirma y, es que no muchos llegan a este porcentaje pues ignoran las indicaciones, se quedan con viejas prácticas o al parecer no quieren avanzar. El asunto está en el repoblamiento, quedarse con hembras y seguir las instrucciones para que se logren los becerros.
Cuando llegamos a la celebración inmediatamente nos llevaron al fondo del rancho mostrándonos orgullosos las crías que han llegado poco a poco así como la siembra de elotes, pasto para su ganado y otros proyectos en marcha. César nos invitó unos “pimes” que hacían unas señoras ¡muy sabrosos!
No dejamos atrás el recibimiento del resto de la familia quienes cordialmente nos atendieron ¡Muchísima comida! Y por supuesto la misa a San Pedro, Patrono del rancho. Orgullosos de lo que son, se muestran y trabajan, esa insistencia que tienen por mantenerse fieles a sus sueños.
Muchas gracias don Cándido, César y familia, un verdadero gusto poder estar con ustedes en la mesa celebrando sus logros y sí, aunque no me crean, me fui cantando aquella de Pedro Infante: Con el tiempo y un ganchito…
