Por José Luis Preciado
Entre el arado y la tecnología
En todos los rincones de China hay ambulantes, en completo orden y con permisos, tributando como todos los demás. Venteros de frutas tienen a la mano su código de barras QR, disponible para que se pague con celular en mano a través de WeChat, allí están el mangostán, pitaya o dragón rojo, sandía, dátiles o la azufaifa, lichi, las verduras típicas de la cocina china, como el cilantro, bok choy, jengibre…
China es un país de contrastes; la vida rural está muy lejana de los rápidos cambios de la gran ciudad. En las montañas y campos hay muestras de abandono tales como no contar con energía eléctrica, fragilidad en la vivienda y algunos, como el pueblo de Tanda en la provincia de Shaanxi, a más de 1500 metros de altura y a unos 1300 km de Shanghai, los 150 habitantes moran en cuevas sobreviviendo con los escasos cultivos que les proporcionan lo justo para comer.
Hay otras zonas menos remotas que tienen mayores facilidades, allí la vida es algo más tranquila y hasta cierto punto moderna como motocicletas y electrodomésticos. Lo contradictorio son las exigencias de una vida tecnológica y diferente, por ello más campesinos se ven obligados a abandonar su forma tradicional de vida para poder satisfacer las necesidades de sus familias, y darles la oportunidad que ellos no tuvieron, no son pocos los padres y madres que se ven forzados a emigrar a las grandes ciudades y dejar a sus hijos a cargo de los abuelos; si hay suerte los padres visitan a la familia durante el año Nuevo Chino. Sin embargo, abandonar al campo es complicado, no sólo por dejar familias, sino por conseguir los papeles para trabajar en la ciudad y no tener acceso a servicios básicos como salud y educación; a pesar de lo anterior, esto no ha impedido la migración en masa, creando ciudadanos de primera y de segunda, aumentando así las desigualdades entre ciudadanos. Según cifras del 2011 se fueron del campo a la ciudad 690 millones de personas.
De vuelta al campo
Hoy el gobierno chino promueve el retorno a las zonas rurales con fuertes inversiones y nuevas empresas privadas que quieren apoyar la actividad, se combinan juventud, talento y tecnología. En el 2018, las ventas en línea en áreas rurales excedieron los 1,3 billones de renminbi*, creando empleos para 28 millones de granjeros, informó Guang Defu, portavoz del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China, y agregó que la agricultura de ocio y el turismo rural representaron 3 mil millones de viajes que generaron ingresos por 800 mil millones de renminbi para las zonas rurales.
*El renminbi (abreviado: RMB) literalmente, moneda del pueblo; es la moneda de curso legal de la República Popular China y es emitida por el Banco Popular Chino.