Investigadores y alumnos del Tecnológico Nacional de México Campus Conkal constatan los beneficios del biosólido elaborado por Kekén, al utilizarlo en cultivos de tomates
Investigadores, docentes y estudiantes del Tecnológico Nacional de México (TecNM) Campus Conkal destacaron un notable incremento en el tamaño de los frutos, mayor productividad y tiempo de vida de las plantas, como parte de los resultados que propició el abono sustentable, producto de la empresa Kekén, tras ser utilizado en múltiples pruebas.
Según informa la empresa en un comunicado, tras cumplir un proceso adecuado de aplicación en cantidades desde los 250 y hasta los mil gramos en cultivos de tomates ubicados en invernaderos del plantel educativo, el biosólido fue reconocido por especialistas en agronomía y alumnos de la casa de estudios como una opción de insumo confiable y con beneficios directos para la tierra y su desempeño de las cosechas.
Efectos positivos
Luego de experimentar y observar los alcances del cultivo de tomates, las autoridades académicas explicaron que se trató de un estudio en invernadero para verificar los efectos positivos del sustrato y plasmar esos resultados en artículos especializados, así como en manuales de uso y fichas técnicas para la orientación de los productores y los agricultores para la correcta aplicación del abono.
Al respecto, Idur Díaz Villanueva, líder de Desarrollo Agrícola de Kekén, resaltó el interés y la participación del alumnado de la carrera de Ingeniería en Agronomía del TecNM por evaluar a detalle las ventajas del biosólido, como una alternativa de desarrollo e impulso para la agricultura local.
“A través de nuestro modelo de porcicultura sustentable se generan productos y subproductos amigables con los recursos naturales, en busca de la mejora de los cultivos y evitar el uso de agroquímicos”, agregó.
Luis Latournerie Moreno, director del TecNM Campus Conkal, enfatizó que con el uso del biosólido Kekén se reducen los agentes nocivos generados por fertilizantes. “Los alumnos también aprenden sobre la sustentabilidad y las formas de cuidado del medio ambiente en la agricultura”.
La valoración del abono sustentable duró un tiempo aproximado de tres meses, período en que los frutos estaban listos.
“Se observó un buen rendimiento de la planta alcanzando una buena altura y ritmo de crecimiento lo que permite deducir una mejora al momento de las cosechas”, indicó Ana Carolina Uitz Chin, alumna del sexto semestre de agronomía.
Finalmente, los investigadores y profesores señalaron que continuarán empleando dicho insumo para el desarrollo de nuevos estudios, así como planes de trabajo que redunden en la formación académica de las nuevas generaciones de agrónomos en el estado y para el fortalecimiento de la agricultura yucateca.
Fuente: Diario de Yucatán