- El cambio climático ha exacerbado tanto la frecuencia como la intensidad de las sequías, y esto representa uno de los efectos más notorios y sensibles. México se encuentra entre los países más susceptibles a este fenómeno.
Según el último informe del Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al 15 de junio, aproximadamente 7,836,705 mexicanos residen en municipios afectados por sequía extrema (D3), y en total se han registrado 903 municipios con diferentes grados de sequía, desde moderada a extrema (D1-D3).
Comparado con el informe del 30 de mayo, se ha observado un incremento del 8.93% en la cantidad de municipios afectados por la sequía en México. En su reporte más reciente, la Conagua señala que hay 95 municipios en sequía extrema en el país, lo cual representa un aumento de 75 municipios desde finales de mayo. Esta situación ha sido ocasionada por la tercera ola de calor, que ha llevado a temperaturas superiores a los 45 grados Celsius en varios estados.
Los estados más afectados por la sequía en cuanto al número de municipios son Jalisco con 56 municipios, seguido por Michoacán con 21 y Zacatecas con 12. En Jalisco, la sequía extrema afecta a un preocupante 26.3% de su territorio.
El panorama es aún más preocupante al inicio del verano, ya que durante la primera quincena de junio, la Conagua reportó un déficit de lluvia en gran parte del país. Esto, combinado con el intenso calor, ha reducido la disponibilidad de agua, llevando el porcentaje del territorio mexicano afectado por algún grado de escasez hídrica de 61.6% a 65.59%.
Los efectos sensibles del cambio climático en México
La situación en México evidencia claramente el impacto del cambio climático, mostrando una visible escasez de agua en diversas regiones del país y advirtiendo sobre la posibilidad de que el problema se agrave tanto en términos de frecuencia como de intensidad. Aunque el cambio climático afecta a todo el mundo, México es particularmente vulnerable debido a su ubicación geográfica.
El director de proyectos del Consejo Consultivo del Agua, Jorge Fuentes, señala que ya están experimentando los efectos del cambio climático con una sequía prolongada, que indica la manifestación de lo que durante mucho tiempo se había advertido pero que se creía que no ocurriría. Las sequías se están volviendo una realidad constante, afectando la duración de las temporadas de lluvia y disminuyendo el volumen de agua que las presas pueden almacenar para épocas de sequía.
El problema se agrava debido a que la temporada de lluvias en México solo abarca cuatro meses al año, durante los cuales se deben abastecer los embalses. Sin embargo, las sequías prolongadas y el aumento de las temporadas de calor han comprometido la capacidad de muchas ciudades para garantizar un suministro mínimo de agua para sus habitantes.
La infraestructura existente ya no es adecuada para enfrentar sequías prolongadas o captar las abundantes lluvias del verano y parte del otoño. Por ello, los especialistas enfatizan la necesidad urgente de implementar políticas innovadoras para tecnificar el campo y evitar el desperdicio de agua dulce. También se requiere una mejora urgente en la infraestructura hidráulica a nivel nacional, así como fomentar el reúso y tratamiento del agua y aumentar las campañas de concientización sobre la importancia de cuidar este recurso vital entre la población.
Las sequías extremas y la acción del hombre
Hace unos meses, un estudio realizado por expertos de las universidades de Columbia y California en Los Ángeles (UCLA) reveló la preocupante situación en el oeste de Estados Unidos. Han estado experimentando un prolongado periodo seco, denominado «megasequía», que inició en el año 2000 y se ha convertido en el más intenso de los últimos 1200 años, según los registros disponibles sobre la disponibilidad de agua en esa región.
Los especialistas estimaron que el cambio climático ha contribuido significativamente a esta megasequía, aumentando su intensidad y duración hasta en un 40%. Los expertos en climatología del mundo advierten que si esta tendencia persiste y se siguen emitiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera, las temperaturas aumentarán, el aire será más seco y la evaporación de los cuerpos de agua, como ríos, lagos, canales, y del suelo, bosques, vegetación y cultivos, se acelerará, exacerbando las sequías extremas.
Además de los efectos del cambio climático, las sociedades también enfrentan el desafío de la sobreexplotación de las fuentes de agua disponibles, como ríos, lagos y aguas subterráneas, sin contar con políticas adecuadas para proteger estas valiosas reservas de agua.
Con información de 2000 Agro