Este esquema agroecológico prevé en su primera etapa la colecta de semillas nativas por parte de alumnos y profesores de los CBTA/CBTF del país
Consciente del papel de los polinizadores en la seguridad alimentaria y el funcionamiento de los ecosistemas, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) prepara un proyecto para su conservación en centros educativos adscritos a la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar (DGETAyCM), que considera la instalación de franjas florales, en un entorno en el que se estima que en México el valor de plantas dependientes de fertilizadores asciende a 43 mil millones de pesos al año.
La Sader detalló que el proyecto que encabeza la Dirección General de Políticas, Prospección y Cambio Climático consiste en la siembra de franjas de 10 a 20 metros de largo de plantas florales, preferentemente nativas, en los bordes de predios agrícolas, lo que ofrece a los polinizadores espacios de anidación, refugio y alimento.
Estos espacios resultan fundamentales, toda vez que los polinizadores benefician la propagación y producción de más del 60 por ciento de las plantas cultivadas, entre las que se encuentran aguacate, chile, pimiento, jitomate, calabazas, café, cítricos, sandía, zarzamora y mango, que tienen alta dependencia de estos organismos y generan importantes ingresos para los agricultores.
Esta práctica agroecológica, considerada así porque respeta la naturaleza local, prevé en su primera etapa la colecta de semillas nativas por parte de alumnos y profesores de los Centros de Educación Tecnológica Agropecuaria y Forestal (CBTA/CBTF) del país, quienes serán capacitados por especialistas del Colegio de Postgraduados (Colpos) y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
En octubre iniciarán las capacitaciones nacionales a maestros de este centro educativo, quienes a su vez difundirán las técnicas de colecta de semillas entre la comunidad estudiantil e información sobre objetivos, beneficios y rubros teórico-técnicos.
Esta etapa es de vital importancia, ya que la recolección permite salvaguardar la diversidad genética de especies de plantas silvestres resistentes a los factores climáticos de una región específica y, por ende, dar un refugio a una amplia variedad de artrópodos entre los que se encuentran himenópteros, lepidópteros, dípteros, coleópteros, arácnidos, anfibios, reptiles y aves.
Este esquema está previsto en la Estrategia Nacional de Conservación y Uso Sustentable de los Polinizadores (ENCUSP), documento que guía las acciones del gobierno federal en materia de conservación de estos animales para mantener una agricultura sustentable y los servicios ecosistémicos de los que esta depende.
En este esfuerzo participarán profesionales del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y del Colpos, bienes públicos de la Sader que en conjunto con organismos nacionales e internacionales guiarán a los productores en el establecimiento de las franjas como parte de la segunda etapa.
Beneficios para la biodiversidad
Las franjas florales fomentan la biodiversidad de la región, potencian los servicios ambientales en los paisajes agrícolas, ayudan a reducir la erosión del suelo y a incrementar su materia orgánica, regulan de forma natural plagas y enfermedades y sirven como barreras naturales.
Fuente: Sader