Por Redacción
Un equipo de científicas del CONICET en Argentina logró un avance clave en el estudio del girasol: identificaron que ciertas líneas de esta planta completan la primera etapa de la apomixis, un mecanismo de reproducción asexual por semillas. Este descubrimiento podría transformar el desarrollo de cultivos más resistentes, productivos y adaptables a los cambios climáticos.
La apomixis permite que una planta genere semillas genéticamente idénticas a la planta madre, sin necesidad de fecundación. En palabras simples: clonar semillas perfectas. Para la agricultura, esto implicaría una revolución. Actualmente, producir híbridos requiere años de trabajo, cruzamientos complejos y altos costos. Con la apomixis, ese tiempo y dinero podría reducirse drásticamente.
“Sabemos que generar un híbrido superior puede llevar una década. La apomixis tiene el potencial de reducir esos tiempos a un nivel incomparable”, explicó la investigadora Silvina Pessino, del Instituto de Investigaciones en Ciencias Agrarias de Rosario.
La primera fase confirmada es la aposporía, pero el trabajo continúa para alcanzar la segunda etapa: la partenogénesis, en la que el embrión se desarrolla sin intervención masculina. Para lograrlo, las científicas trabajan con líneas tetraploides de girasol, que poseen cuatro juegos cromosómicos, lo cual podría ser clave en la manifestación completa del proceso.

Este esfuerzo científico, que también involucra a investigadores de Italia, promete desarrollar variedades de girasol mejoradas, más rápidas de producir y adaptadas a los desafíos agroecológicos del presente.
¿El resultado? Una forma de cultivar que podría beneficiar tanto a pequeños productores como a grandes sistemas agrícolas en todo el mundo, haciendo del girasol no solo un símbolo de energía y luz, sino también de innovación genética y sostenibilidad.
Fuente: Conicet