Representantes de la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado (SDR) y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sostuvieron una reunión informativa con productores agrícolas sobre el proyecto para establecer 500 hectáreas de chile habanero en la entidad, a fin de obtener entre 30 y 40 toneladas del picante por hectárea, de las que se obtendrían alrededor de 40 toneladas de oleorresina a comercializar mediante agricultura por contrato.
Fuente: Redacción de El Sur.
El subsecretario Agrícola de la SDR, Adolfo Aispuro Verdugo, aseveró que en momentos en que los recursos públicos son escasos, es necesario trabajar con eficiencia y trasparencia, sin corrupción y buscando el beneficio de la colectividad, por lo que se tocan puertas para gestionar apoyos y respaldos institucionales, pero alejados de paternalismos de antaño, y se acerca a los productores del campo a las instancias financieras para que exploren esquemas crediticios viables.
Por ello, es necesario que los productores se organicen y decidan por sí mismos, sin interferencias de nadie y menos de los servidores públicos, en qué rubros de la producción participarán, “y que en este caso determinen si desean sumarse al proyecto de producción de chile habanero para procesarlo y obtener la oleorresina, que tiene una importante demanda en el mercado nacional e internacional”, dijo.
La representante de la Conagua y encargada de la Unidad Dzitbalché del proyecto de chile habanero, Yolanda del Ángel, explicó a los productores, que a la fecha la mejor ventana de oportunidad de comercialización del producto es la oleorresina, pues el mercado de la fruta en fresco es menor y prácticamente ya se encuentra abastecido. Además, los precios son mayores mediante la industrialización e incluso se pagan en dólares.
Actualmente se registra una considerable demanda de oleorresina, lo que garantiza su comercialización, por lo que la invitación es a que los productores analicen si desean sumarse al proyecto en términos de una verdadera asociación, y que estén conscientes de que como socios estarán en todo momento obligados a cumplir las reglas y condiciones que se pacten como parte del proyecto para establecer 500 hectáreas del cultivo, pero también que tendrán parte activa en la toma de decisiones.