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La medicina tradicional maya

Sabios que curan

Ahí en el Kilómetro 80, actualmente Ignacio Zaragoza, un pueblito que se encuentra enclavado en Quintana Roo, fundado por la familia del Mtro. Rafael Chay Arzápalo, recordó su infancia, cuando se iba a trabajar a la milpa, y dice trabajar, pero en realidad iba a jugar con sus primos, hacer sus trompos con herramientas rústicas, un pedazo de madera y un machete sin filo, darle la forma y luego buscar un hilo de hamaca, hacer las canicas de barro, la kimbomba.

Por: Gabriela Pérez

En dicho lugar se encontró con uno de sus primos y maestro en herbolaria, Hernán Chan Rosado, señor de 87 años de edad, de estatura de 1.65, delgado, cabello blanco, sombrero de palma y un sabucán donde lleva siempre una coa, sin el mango de madera, siempre bien afiladita por si encuentra alguna hierba que necesite. Él aprendió sobre herbolaria caminando por el campo con su papá, cazador y recolector de hierbas y raíces; nunca cobra, les explica a las personas cómo preparar los brebajes, la única paga es que las personas se alivien. Dependiendo de la edad de las personas les prepara el brebaje para curar, por ejemplo, el asma, no es aliviar, sino curar definitivamente la enfermedad.

En la mayoría de las comunidades se pueden encontrar personas que saben de medicina herbolaria, conocimiento ancestral que se va transmitiendo de padres a hijos; o si hay una persona que está interesada en aprender, también se le enseña, y el primer aprendizaje que tienen es no lucrar, sí pueden aceptar regalos según la capacidad económica de las personas que tratan, aunque no debe de ser mucho.

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También hay que considerar que existe mucha gente charlatana, tener cuidado es importante. Asimismo, es vital tomar las dosis adecuadas que indica el hierbatero, pero sobre todo es relevante la alimentación. Don Hernán Chan comenta “yo como mis frijoles, chiltomate, con mis tortillas hechas a mano y cuando hay dinero se le pone un pedacito de carne, agua de limón, naranja o alguna fruta de la temporada”. A las 9 de la noche se acuesta a dormir, se levanta antes de la salida del sol, a las 4 de la mañana, prepara su café y se va a la milpa, ese es el truco para estar sano.

Es importante aprovechar los beneficios de la herbolaria,
no despreciar el conocimiento del hierbatero

Don Rafael Chay, también ha tenido la oportunidad de aprender sobre esa mítica medicina, nos platicó una anécdota: “En una ocasión llevaba a mi esposa a la escuela donde trabajaba y en la puerta estaba un maestro con la mano izquierda vendada. Nos contó que chapeando fue mordido por una víbora no venenosa, pero al intentar soltarse de ella le quitó un pedacito, que se infectó, llevaba 15 días yendo con el médico sin lograr la cura. Quedamos en vernos más tarde, le pedí que lave de manera correcta su mano y compre una venda nueva. Llevé un brebaje, se lo puse, le cubrí la mano con una hoja grande limpia y después la vendé. Le di las indicaciones pertinentes, era viernes, el lunes fue a verme, estaba completamente curado.

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Esas son historias tradicionales mayas, historias que debemos conocer y valorar, porque los mayas siguen vivos y compartiendo su conocimiento día a día.

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