Por Jorge Alanis Zamorano
Desde Elota, Sinaola, Daniela Avendaño, productora de tomate y chiles variados, llega a
Yucatán para instruirse a profundidad sobre el cultivo orgánico gracias al taller impartido por
el especialista Pedro Isabeles de Utopia Consulting Group. Él es quien les enseñó técnicas
demostrativas acerca de cómo cultivar insumos a través de producción orgánica.
Somos productores de hortalizas, especialmente de tomate y de chile jalapeño, serrano y
poblano; nos dedicamos a producir alimentos orgánicos, pero también practicamos la
agricultura convencional. Al enterarnos de este curso a través de un vídeo que vimos en Rural
MX, en donde el señor Pedro Isabeles explicaba cómo lograban producir siete mazorcas en
una sola planta de maíz, decidimos dar un valor agregado a nuestros productos, que fueran
más funcionales, explica Daniela.
Nosotros ya veníamos trabajando con un modelo de biofábrica. La sorpresa fue que al
llegar aquí y tomar el taller, hallamos que el modelo de biofábrica que está manejando el
señor Isabeles es en realidad mucho más práctico, y que los productos, además de ser más
funcionales, son más económicos, agrega.
Por otro lado, la transición gradual de llevar a cabo una producción agrícola convencional
para cambiar a producción con procesos orgánicos, permitió a Daniela señalar las diferencias
productivas y económicas entre ambas técnicas:
Nuestra producción es a pequeña escala; combinamos la agricultura convencional con la
orgánica. Los beneficios han sido notorios y, aunque aún no practicamos al 100% la
agricultura orgánica, con lo que hemos avanzado logramos observar cambios positivos en
producción, calidad y reducción de costos.
Actualmente vamos en un 30 a 40% de reducción de costos. Al reducir la fertilización
convencional y sustituirla por la fertilización de biofábrica, también notamos que la producción
aumentó, subraya.
Con tan solo 29 años de edad, Daniela es consciente de los altos niveles de contaminación
a nivel suelo y subsuelo que amenazan a la salud de los seres humanos y el bienestar de la
biodiversidad. Por lo tanto, la productora destaca los beneficios nutrimentales y ambientales
generados con el manejo sustentable de cultivos:
Hay un valor agregado para nuestros productos orgánicos por el hecho de ser saludables.
La agricultura orgánica para nosotros ha representado un beneficio completo, es decir,
hablamos de mi salud, de la salud del suelo y de la salud del entorno. Es un daño mucho menor y tratamos de vivir en equilibrio a través de este tipo de producción. Con la agricultura orgánica es posible producir sin dañar al medio ambiente.
Por último, Daniela Avendaño aprovecha este espacio para hacer un llamado a todos los
productores e invitar a los jóvenes entusiastas del campo a informarse más acerca de la
producción con procesos orgánicos y el futuro económico prometedor que ésta conlleva:
Nosotros estamos viendo otra oportunidad. Hay personas de mi edad que han abandonado
el campo porque no lo ven redituable. Las tecnologías orgánicas están ahí y es una solución
más económica para producir mucho más; existe una nueva oportunidad en el campo para
tener un provecho económico y sin dañar al medio ambiente y la salud de uno mismo.
Mi recomendación sería que se den la oportunidad de “desaprender” lo que ya sabemos
para “aprender” esta nueva forma de producir; que sí se puede y es fácil.
Como productora no me estoy exponiendo a agroquímicos, no expongo a mi familia y a
futuras generaciones con alimentos producidos con fertilizantes artificiales. Entonces, además
del beneficio económico, cooperamos con la restauración de suelos y la salud en general.
Al final, existen cursos como los que imparte el señor Pedro Isabeles de Utopía Consulting
Group que son muy sencillos de seguir y que en un futuro nos traerá beneficios a todos, finaliza.
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