Así como otros vehículos, los implementos agrícolas pasan también por pruebas especiales, con la finalidad de respaldar al productor que lo compra.
El uso de maquinaria en el campo es de gran ayuda para las y los productores, ya que reduce el esfuerzo aplicado en algunas actividades. Sin embargo, la obtención de esta maquinaria suele representar una inversión importante para los productores, por lo que es importante contar con un certificado que avale la potencia, el levante hidráulico y sobre todo, su seguridad.
En este sentido, el Organismo de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola, conocido como OCIMA, es el encargado de certificar la calidad y el desempeño de maquinarias, implementos agrícolas, equipos forestales y de jardinería en México: Desde tractores y motocultores, hasta sembradoras, aspersores, arados, rastras, trilladoras de frijol, desgranadoras de maíz, fertilizadoras y todo tipo de maquinaria neumática y mecánica.
Desde 2012, el OCIMA-INIFAP, cuenta con la acreditación de la entidad mexicana de acreditación, a. c. (ema) como Organismo de Certificación de Producto bajo la norma NMX-EC-17065-IM-NC-2014 ISO/IEC 17065:2012. Avalando al OCIMA como instancia certificadora a nivel nacional e internacional
¿Cómo se realiza la certificación?
Los fabricantes o distribuidores de maquinaria agrícola pueden solicitar la certificación al OCIMA-INIFAP
El proceso consiste en:
- Revisión de la información técnica de los equipos a certificar.
- Auditorías para la evaluación del cumplimiento de los requisitos.
- Muestreo del producto.
Una vez que se cumplieron los requisitos 1 y 2 que corresponden a temas administrativos, los equipos que se van a valorar son enviados al laboratorio de pruebas del Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria Agrícola (CENEMA) donde, en el caso de los tractores, se realizan tres pruebas:
Potencia a la toma de fuerza: Con esta prueba se pueden detectar posibles fallas o defectos, que pueden hacer que se suspenda la prueba si estos no pueden ser corregidos. El propósito es determinar la potencia que el tractor desarrolla y transmite a través de la toma de fuerza.
Levante hidráulico: Esta prueba ayuda a garantizar si los datos publicados por los fabricantes, son realmente los que el tractor es capaz de desarrollar y soportar al momento de conectar algún implemento agrícola.
Cabinas y marcos de seguridad: Esta es la última prueba, considerada destructiva, ya que los marcos y cabinas son sometidos a presión y pesos altos, con la finalidad de verificar que soportan y protegen al conductor (siempre y cuando utilice correctamente su cinturón de seguridad) en caso de volcadura o cualquier otro incidente similar.
En caso de cumplir satisfactoriamente todas las etapas, se otorgará una certificación con validez de 3 años, y se colocará una estampa que ostenta el nombre “OCIMA” en alguna sección visible de la maquinaria.
El tiempo y los criterios evaluados dependen de los métodos de prueba establecidos para tractores, motocultores o cortasetos, según el caso y se realizan con base en las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y las Normas Mexicanas (NMX).
La certificación OCIMA-INIFAP garantiza:
- Productos de calidad.
- Cumplimiento en las características que vende
- Mejora los proceso de producción
- Mejora la productividad.
- Fomentar la mecanización del campo.
Además, el agricultor recibe un aval de calidad y funcionamiento que incluye un servicio de instalación, capacitación de uso, disponibilidad de refacciones, asistencia técnica, mantenimiento y reparación cuando sea necesario, lo que respalda la inversión de los productores agrícolas.
Gracias a esto, las empresas fabricantes y/o comercializadoras pueden acceder de manera competitiva al mercado e incrementar su participación dentro de él.
Fuente: SADER