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Caucel Pueblo y su Jarana, con sus mejores guardianes

Por Jorge Alanis Zamorano

En el corazón de Caucel Pueblo, comisaría del cinturón de la capital yucateca, se guarda recelosamente la tradición dancística de Yucatán con los mejores guardianes que pueden tener: sus niños y jóvenes. Avanzando con entusiasmo cada día un poco más con la jarana, el baile regional típico de nuestra entidad, orgullosos, los jóvenes aprendices portan la vestimenta y bailan al son de la música.

De la mano de José Guadalupe Koyoc Kú y su hermana Luisa, enseñan y muestran a sus alumnos cómo a través del baile se mantiene viva la tradición y el respeto por su identidad, colocando la mirada, la frente y a Yucatán en alto.

Luisa Koyoc explica la razón del por qué comenzaron a enseñar la jarana, explicando que fue su hermano quien inició con el grupo: José mostró interés en la danza desde muy pequeño, por lo que comenzó a bailarla; con más edad y atendiendo el llamado de su madre, quien lo encaminó para seguir, se incorporó al Ballet Folklórico del Ayuntamiento; él enseñó a su hermana Luisa y hace 17 años decidieron conformar su primer grupo; hoy día, el conjunto está integrado por niños y jóvenes de todas las edades.

Asimismo, Luisa cuenta que más de 150 personas han desfilado por el grupo, incluso, apunta que algunos de sus alumnos que iniciaron con ellos actualmente mandan a sus hijos pequeños para aprender a bailar la jarana.

La respuesta de los niños y jóvenes es muy buena: Aprenden rápido, ya que ellos vienen por voluntad propia, afirma Luisa. Cada participante abre espacio dentro de sus actividades para aprender y participar en eventos donde son invitados como grupo… y sí, observé que los presentes acuden porque les entusiasma mucho la jarana. Ellos principalmente intervienen en las vaquerías de los pueblos, además se enfocan en representar a Caucel Pueblo a través de esta preciada danza.

Son diferentes pasos los que ejecutan, de los cuales, 10 son los básicos y aproximadamente 20 son para avanzados, mismos que son entremezclados de acuerdo a la pieza musical.

El atuendo que portan es colorido, particularmente el de las mujeres. José Guadalupe comenta que debe ser coqueto y lleno de vida; el terno debe tener colores brillantes, que llame la atención a los asistentes, puede ser hilo contado, bordado o pintado. Al ser un grupo jaranero, todas las señoritas deben tener el mismo color de lazo, flores, tocado y banda con el nombre del grupo, a la par del infaltable rebozo. Para esto, la inversión que se realiza al terno representa costos altos.

Por otro lado, el atuendo de los caballeros es más sencillo y se compone de pantalón blanco, paliacate de color rojo, filipina blanca, sombrero de jipijapa y las alpargatas chillonas.

Sac-Nicté o Flor Blanca, por su significado en maya, es el nombre del grupo, ya que simboliza el alma de la agrupación; el nombre mismo es llevado como bandera a donde quiera que van. Son ellos quienes representan con honor a Caucel Pueblo, son ellos quienes le dan oxigeno limpio a la tradición. Los niños, jóvenes y todos los que participan, llevan la esencia real de pertenencia y de identidad.

Felicidades a todos los que con la jarana impulsan las raíces de Yucatán, brindando vida a la cultura, tradición y fiestas. Felicidades a los niños y jóvenes practicantes, porque sabemos que gracias a ellos, no estamos perdiendo una porción de nuestra historia.

#OrgullososDeLoQueSomos

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