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Cincuenta hectáreas certificadas, Limón italiano orgánico

Por Jorge Alanis Zamorano

Allá en los suelos de Oxkutzcab, al sur de Yucatán, asoman árboles sanos y llenos de limones italianos que se exportan hasta Canadá; árboles que además otorgan muchos más frutos, más limpios, nutritivos y libres de químicos tóxicos que enferman tanto al que los aplica como al consumidor.

Tuvieron que pasar tres años para que los productores de limón pudiesen certificarse como orgánicos, cumpliendo con todos los requisitos solicitados. Pedro Isabeles fue el que les marcó el camino otorgándoles los conocimientos y procesos necesarios para tal hazaña, rompiendo el estigma en la agricultura de no poder hacerlo en grandes extensiones, ya que hace algunos años esto se veía como algo muy lejano, atribuyendo argumentos que parecían creíbles y bien fundamentados, abriendo paso a proyectos extremadamente costosos pues, entre todo, se decía que “solo era posible en suelos protegidos por casa sombras agrícolas”.

Hoy vemos cincuenta hectáreas en zona abierta produciendo más del doble en una sola cosecha, cuidando no solo la salud de los limoneros, también la integridad laboral de los trabajadores, quienes obtienen muy buenas cosechas de un mismo árbol, ya que con las técnicas de poda adecuadas permiten que no solo en las orillas se recolecte el fruto, también al interior.

Desde hace algunos años Pedro Isabeles, consultor internacional en agricultura sustentable de Utopía Consulting Group, ofrece el conocimiento a quien quiera recibirlos, comenzó con ejemplos en la preparación de los suelos, el cómo hacerlo y por qué hacerlo.

Le solicité ejemplos reales de lo que tanto pugnaba y fuimos hasta Mestiza de Indias, donde se logra que frutos como el tomate cherry se cosechen en cualquier época del año; o el cultivo de la yuca, la cual han logrado aumentar su producción utilizando menos espacio y tiempo, misma que se va hasta España transformada en galletas y por supuesto, con certificación orgánica.

La conciencia adquirida por Ignacio Noceda, encargado del Rancho ‘El italiano’, se logra hasta comprender no solamente los beneficios en la cosecha, sino también al ecosistema gracias al uso de fertilizantes libres de químicos que cuidan al medio ambiente, a sus trabajadores y a él mismo.

La diferencia

La utilización de los paquetes tecnológicos que se desarrollan con éxito en otros Estados del país, en suelos yucatecos fracasan o no rinden. Pedro Isabeles explica de manera sencilla la cualidad que se presenta en este territorio: él comenta que aquí no tenemos ese metro y medio de profundidad  que en otras regiones del país sí tienen (o siendo incluso más profundas), que nuestros suelos no retienen agua ni los nutrientes convencionales, son sales que se disuelven y se pierden rápidamente.

En cambio, la fertilización orgánica no se pierde, no se disuelve tan rápido y se queda, esto es lo que requiere el suelo de la Península. En sí, lo que hacen con las enseñanzas de Pedro Isabeles es una fertilización lenta, constante y prolongada; al final del día, se ha demostrado que la producción orgánica presenta mayor rendimiento y también se puede mezclar con el método convencional (a menos que se busque certificación).

La experiencia de recolectar mucho más que antes

Ignacio Noceda relata que antes de ser productores orgánicos lograban una caja de limones, si acaso dos de manera extraordinaria; hoy día logran más de tres cajas en una sola cosecha y no tienen que regresar esperando que el resto de frutos maduren.

La certificación

Por su parte Héctor Sifuentes Hernández, con experiencia en producción orgánica y con trámites para la certificación de chile habanero, muestra también las rutas a seguir para llevar la documentación necesaria que se exige en dicho trámite. Enseña a los trabajadores no solo a sembrar con nuevos procesos que son amigables con el medio ambiente, también aprenden a documentar y llevar completo rastro de lo que de este rancho sale a la venta. Con mínimas observaciones por parte de la certificadora, esperaran el resultado de un esfuerzo que ya está más que listo para mostrarse ante el mundo con 50 hectáreas y con miras de otras 50 más.

Es por eso que las tierras yucatecas se deben ver como muestra productora de alimentos orgánicos para consumo interno y para el mundo. En un futuro muy próximo el mercado será total y completamente orgánico, además de muy bien pagado.

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