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Comunidad educativa San Antonio: Para aprender a amar el campo

Por María Elisa Yáñez

Durante la infancia es la familia y la escuela quienes comparten la responsabilidad de fomentar los valores esenciales a los seres humanos, entre los cuales está el respeto al medio ambiente, a los animales y a la tierra. Los niños que crecen en entornos cada vez más urbanizados y tecnológicos difícilmente puedan comprender la importancia de preservar el campo si no existe esta “sensibilización” a la naturaleza.

Algunos niños más afortunados han tenido la oportunidad de realizar una «visita guiada» para conocer y ver de cerca a los animales, experiencia que activa su curiosidad. Pensando en ello es que Rancho San Antonio ha puesto en marcha una Comunidad Educativa, o es decir, una escuela en dónde se combinan programas de estudio formales con actividades del campo y que, a partir de septiembre de 2023, abrirá sus puertas para recibir a su primera generación de alumnos. 

Conversamos con Diana Méndez, Administradora de Rancho San Antonio, y con la maestra Landy Gasca, Directora Psicopedagógica, acerca de este proyecto que ahora es una realidad. 

¿Cómo surge la idea de crear esta Comunidad Educativa? 

En Rancho San Antonio tenemos cuatro sectores: El agroturismo, la ganadería, la educación y la regeneración. Entonces, este proyecto de Comunidad Educativa surge con la intención de fomentar el amor y la pasión por el campo a generaciones más jóvenes. 

Hemos observado en las visitas familiares que, tanto los niños como los padres de familia, tienen el interés de impulsar esa conexión, y de lo fascinante qué les resulta a los pequeños el interactuar y aprender en el lugar, además de alejarlos del mundo tecnológico qué los tiene absortos. Así que hace 2 años empezamos con el desarrollo de esta idea. ¿Qué tal si hacemos nuestra escuela?, ¿qué tal si inculcamos estas técnicas, esta pasión, este estilo de vida, en la educación de los niños? 

Nos hemos ido formando, ahora guiados por la maestra psicopedagoga Landy, con quien hemos desarrollado el programa educativo, nos platicó Diana. 

¿Cómo decidieron hacer equipo y desarrollar esta Comunidad Educativa?

Tengo dos pequeñas que están fascinadas con el rancho y observé que cada vez que íbamos crecía en ellas este asombro y nos cuestionaban acerca de las vacas, toros, etcétera.

Debido a mi experiencia como pedagoga, ellos me comentaron acerca de la inquietud de crear una escuela. Fue así como hicimos esta alianza y empezamos a trabajar en el proyecto educativo; en una educación alternativa. 

La idea es proponer algo diferente, no tradicional, en donde los pequeños puedan formarse de manera muy activa y constructiva; en donde sí aprendan español, matemáticas y ciencias pero a través de la naturaleza y de la vida dentro del rancho. Por ejemplo: En lugar de estudiar a la vaca y los productos derivados de la leche, en el rancho veremos a la vaca físicamente, cómo se ordeña, las características que tiene, y luego lo observado se transcribe en un portafolio de evidencias.

Quisimos nutrir un proyecto que integre tanto la vida natural y la vida dentro del aula, para generar una escuela qué como tal tiene un horario de lunes a viernes. Por ahora estamos empezando con kinder y primaria baja, sin embargo, hay muchos chicos mayores interesados en este proyecto, así que es probable que también se aperture un grupo de primaria alta.

Es un sistema escolarizado porque van de lunes a viernes en un horario de 8:00 a 13:30 horas, pero es totalmente diferente porque además de estar en el aula sentados, habrán actividades en el exterior que les ayudará a mantener la mente activa y a mejorar su atención, nos relató la maestra Landy. 

Lo que se enseñará en el aula ¿está basado en programas de la SEP, pero vinculados a las actividades agropecuarias? 

Los niños aprenderán mucho de la naturaleza la cual conectaremos con contenidos académicos para que cuente con reconocimiento oficial. Antes teníamos actividades los sábados por la tarde y al ver a los niños emocionados y a los papás preguntando cuando habría más cursos decidimos formalizarlo en una escuela. Queremos desarrollar en los niños el amor por la naturaleza, el interés por el reciclaje y por cuidar las plantas… enseñarles a generar un impacto positivo en su entorno.

Contamos con un proyecto agropecuario que tiene que ver con todo lo del campo; por edades, vamos trabajando desde lo que es la lechería con las vacas, apicultura, equinoterapia, entre otros temas. Este proyecto agropecuario se vincula con las materias y los niños aterrizan lo aprendido en carteles, libros de cuentos y artes. También es importante mencionar que la educación es bilingüe, o sea: 50% en inglés y 50% en español, ese es otro valor agregado, respondió Diana.

¿Existen modelos parecidos a éste en México o en el mundo? 

Si hay otras escuelas alternativas en Mérida, pero cada una con sus propias características. Esta en particular se encuentra dentro del rancho y va más allá de una visita… Acá están inmersos en la naturaleza– contestó Diana y agregó –Iniciamos en septiembre; ahora son pre inscripciones pero estamos sorprendidos por la respuesta, aunque debido a que la escuela es nueva el cupo es limitado; estimamos unos 50 alumnos en esta primera generación.

¿Qué tan cerca están de Mérida y cómo uno puede inscribir a sus hijos?

Muy cerca; pensando en que hay familias que viven en Altozano o La Ceiba, es el mismo trayecto a cualquier otra escuela, entre 30 y 40 minutos. 

Se pueden comunicar a través de nuestro número de WhatsApp: 9991788786 ó 9999040869.  También pueden encontrarnos en Facebook como: Comunidad Educativa San Antonio.

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