MÉRIDA, Yucatán. La temporada del mero concluyó con un precio récord de 310 pesos para el “negrillo” y 270 pesos para el tipo “rojo”, esta primera cifra es considerada como la más alta en la historia de esta especie, cuya producción generó aproximadamente 5 mil 300 toneladas a nivel estado, cifra inferior por apenas 300 kilos a la obtenida en el 2020.
José Luis Carrillo Galaz, presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas (Conmecoop), externó que la captura de este 2021 se estima “regular”, pues mientras el tonelaje se vio afectado por la “fiebre del pulpo” y la pesca furtiva, el precio salvó la temporada.
El año pasado, Yucatán finalizó esta pesquería con una producción de 5 mil 551.90 toneladas en peso vivo y valor de 335.74 millones de pesos, y Quintana Roo reportó 247.97 toneladas en peso vivo y 25.40 millones de pesos.
Ante dichos números, están en espera de las cifras oficiales a cargo de instituciones como la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
La temporada del 2020 que se vio afectada con el cierre del comercio internacional y nacional por la pandemia, habría hecho sucumbir a la recién concluida.
Sin embargo, el entrevistado señaló que la ganancia se mantuvo con el pulpo, especie que igual alcanzó un precio histórico de 175 pesos el kilo que se registró a mitad del mes de diciembre.
“Desde hace por lo menos una década esta pesca dejó de ser la más redituable, los dos principales factores son la pesca ilegal y el crecimiento de la población que se dedica a esta actividad; calificamos como ‘regular’ la temporada por su baja producción, pero generoso precio, mismo que nunca antes había llegado a tales números en el Estado”, expuso Carrillo Galaz.
Temen pesca furtiva
El titular de la Conmecoop anunció también que, a diferencia de otros años, en este 2022 se prevé la pesca ilegal con especies que aun estando en veda, son capturados de manera constante, impidiendo el periodo de reproducción que se necesita para los días de apertura.
“Ahorita se están teniendo pláticas constantes entre permisionarios, instituciones de los tres niveles de gobierno y nosotros que representamos al sector. El objetivo es tener vigilancia permanente, pues de lo contrario vamos a volver a sufrir la escasez del producto”, dijo.
Cabe mencionar que la baja producción del mero propició que, en el 2002, comenzaran a aplicarse las vedas, primero con un mes de prohibición para luego, en 2017, alargar el tiempo a un bimestre.
Se destaca que parte de las iniciativas que se consolidaron en el pasado fueron una advertencia para la Capitanía Regional de Puertos a un mes de haber iniciado la pesca de pulpo, pues los robos a cargo de “piratas modernos” y hombres de mar sin acreditaciones, eran constantes en los mares de la Península yucateca.
En una rueda de prensa junto con demás representantes pesqueros, el mismo José Luis Carrillo Galaz denunció que en el Estado, de los 12 mil pescadores que integran el padrón con el que cuenta Yucatán, 2 mil se dedican a la pesca furtiva, afectando la economía de quienes sí cuentan con los documentos en regla.
Marcos Zacarías Martínez, dirigente en la congeladora local “Seafood”, argumentó que este factor impide a los pescadores obtener una ganancia por la pérdida de la inversión de los dueños de los navíos cuando zarpan con sus buques a atrapar especies de escama, las afectaciones también son para este tipo de establecimientos, donde sólo en Progreso se generan más de 5 mil empleos fijos y temporales.
“Estamos en un momento en que es importante que seamos conscientes del consumo de un producto en veda, hay que dejar de creer que nuestro ejemplar favorito estará disponible todo el año. Tratemos de ser más pacientes con los tiempos de veda. Es necesario que la gente se empiece a educar, que se empiece a interesar sobre el por qué son importantes los periodos que vendrán en estos meses. La veda es un corto espacio de tiempo que nos beneficia a todos y, por lo tanto, es responsabilidad de todos”, argumentó.
Con información de Jesús Lopéz de InfoRural.