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Cultivo de algas con mucho potencial, Rio Lagartos y la investigación marina

Especial Rural MX

Allá en Río Lagartos, en el litoral oriente de Yucatán, se está produciendo alga para su aplicación en el sector industrial; se valora el crecimiento y las especies que se adaptan mejor para su utilización futura.

Platicamos con el Doctor Daniel Robledo Ramírez, investigador  del Departamento de Recursos del Mar del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV), Unidad Mérida, quien trabaja en un proyecto financiado por la Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentables (SEPASY), donde integran el cultivo de algas rojas con el cultivo de ostión.

Él nos comenta que esta actividad no se ha explorado en la región, la cual cuenta con un interesante potencial debido al tipo de algas presentes en las costas yucatecas y su posible empleo en la industria.

El proyecto

Dio inicio en julio de 2021 y hasta la fecha, se intenta adaptar a algunas de las especies ya cultivadas en las condiciones que tiene la zona de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos. Para ello, se ha trabajado con varias clases que tienen potencial como alimento (humano y animal) o bien, para extraer compuestos.

Hoy se encuentran en una etapa de verificación de las diversas especies que mejor se han adaptado, descartando a las que no pudieron: Especies como la rhodymenia y la gracilaria hasta el momento han soportado las condiciones, comenta el Dr. Daniel Robledo.

En los próximos meses, los resultados les permitirán decidir cuál será la variedad más adecuada basada en las tasas de crecimiento para así, aumentar su cultivo en zonas más extensas.

Además de la producción del alga, se busca su valor ecológico ya que se alimentan de los nutrientes desechados por otros organismos, como los ostiones.

Impacto social

La idea también integra a los grupos sociales. De hecho, se está colaborando con la Cooperativa de Pepineros, quienes además están trabajando y aprendiendo con el cultivo de ostión, respondiendo a que cada día las opciones de pesca son más limitadas y peligrosas, abriendo la posibilidad de actividades alternas.

Dicha actividad es de bajo impacto ecológico pero con uno social creciente, el cual estará determinado con la cantidad de biomasa de algas que puedan producir y las utilidades que puedan obtener de ellas.

Implicaciones y aplicaciones

Las implicaciones de esta alternativa pueden ser locales, regionales e incluso, nacionales, esto en función del tipo de alga que se cultive. Algunas de las algas rojas ya han sido estudiadas en el laboratorio del CINVESTAV para analizar su composición bioquímica y otros compuestos de interés industrial, como el agar o la carragenina, que pueden ser utilizados como alimentos de aves o cerdos.

El Dr. Robledo comenta estar seguro que se pueden utilizar para insumos de harinas que alimenten tilapia, gallinas y cerdos, en la formulación de fertilizantes orgánicos por sus altos componentes minerales que enriquecen los cultivos o bien, si se logran altas cantidades, facilitar la obtención de gomas que se utilizan en la industria, como las mencionadas carrageninas o los alginatos.

La posición de Yucatán

Nuestro entrevistado anticipa que Yucatán tiene un importante potencial para producir algas tropicales, debido a las condiciones de la costa, que permiten instalar este tipo de iniciativas.

El mercado internacional podría condicionar el desarrollo de este proyecto, pues desde hace cinco años se ha generado una revolución en torno a las algas ya que es un organismo que con muy pocos nutrientes puede producir mucha biomasa, además de los beneficios gracias a los compuestos que generan, así como la restauración de ecosistemas, debido a que pueden generar hábitats ideales para otras especies.

Por ejemplo, Belice y Puerto Rico tienen proyectos como éste, mientras que en Estados Unidos están desarrollando otros para especies de aguas más frías a gran escala. En México, se estima que la acuacultura puede aumentar un 17% y se nota un interés creciente por productos naturales a partir del alga; mientras que en Europa, por su parte, es evidente que el impacto para el consumo humano ha ganado fuerza y adeptos.

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