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El campo en Uruguay

La vida rural: Más vacunos que personas
Por: Belén Ferreira

Al sur del Sudamérica se encuentra Uruguay, país con superficie de 176.215 km2 (casi le llega al tamaño de Sonora), con poco más que 3 millones 500 mil habitantes y alrededor de 12 millones de vacunos, con una economía basada en la producción agrícola y ganadera en la que el campo ocupa la mayor parte de la superficie del país. 

La ganadería en mi país logra abastecer la totalidad del consumo nacional, siendo éste el más elevado del mundo; provee de materia prima a muchas de las principales industrias del país como las de carnes, lecheras, de cuero, lana, etcétera.

Mantiene un intenso movimiento comercial interior con la comercialización de los ganados, de sus productos y subproductos; ferias y remates; transporte, almacenajes, entre otros. Ocupa casi la mitad de la población rural activa a la que proporciona horizontes de trabajo directa e indirectamente.

Produce considerables excedentes exportables, que hacen figurar a Uruguay, en la estadística mundial entre los primeros países exportadores de carnes, lanas y cueros.

Entre tantas familias uruguayas avocadas a la actividad agrícola, se encuentra mi familia paterna. Con una tradición que viene de mi abuelo, mi padre actualmente se dedica a la producción rural, principalmente al sector lácteo. La producción de lechera uruguaya está destinada en un 70% a la exportación y un 30% al consumo interno. Anualmente se producen aproximadamente 2.300 millones de litros de leche a nivel nacional.

En el litoral del país, Departamento de Rio Negro, con intensa actividad rural, se encuentra nuestro establecimiento familiar “La Gambeta”; allí, aunque llueva, truene o la sequía azote, se trabaja a diario y a toda hora. 

En Uruguay, aunque cuente con trabajadores, el productor se ve destinado a trabajar de sol a sol, ya que el campo exige constancia y dependencia. A diario se ordeñan 200 vacas que producen en promedio 23 litros por cabeza. El sistema de producción es de base pastoril y con utilización de ración, silajes y fardos.

¿Qué si es duro el trabajo en el campo? Sí lo es, los productores rurales son capaces de aguantar la volatilidad de los mercados y las crisis climáticas. Las políticas del momento y los elementos del mercado son cruciales en la vida rural. El productor rural debe saber alambrar, sembrar, ordeñar, delegar trabajos, velar por los derechos de los peones rurales, tener conocimiento de economía, política… Es capaz de volcar su vida al trabajo, disfrutando de la tranquilidad que el campo supone, consciente que desde su aporte diario, sale la riqueza y motor de todo el país.

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