Por Jorge Alanis Zamorano
Los tiempos están cambiando. La conciencia de utilizar procesos más naturales para obtener nuestros alimentos ya está presente en el campo yucateco, pues sus diversos beneficios ya no quedan únicamente en la teoría, sino que por fin están siendo palpables.
Platiqué con la maestra Minneth Beatriz Medina García, Directora General de la Junta Intermunicipal Biocultural del Puuc (JIBIOPUUC), quien nos puso al tanto sobre el avance con los trabajos que realizan con los pequeños productores, los cuales se interesan cada vez más en los métodos orgánicos.
De la vista nace el amor
La Mtra. Minneth nos cuenta que, después de escuchar de viva voz la experiencia que se tiene con la producción orgánica en los campos menonitas de Campeche y de ver los resultados, los pequeños productores han tenido un panorama más claro para entrarle de lleno a estos procesos y seguir avanzando con la recuperación de los suelos, la salud y por supuesto, de su economía.
En Muna, se han instalado cuatro módulos demostrativos donde ya están probando con biofábricas, donde dos de ellas se aplican para la producción de milpa y dos más, con el apoyo intermunicipal, para el maíz elotero. De hecho, este municipio es uno de los principales donde ya se está produciendo maíz con métodos orgánicos.
Anteriormente, para lograr resultados donde la mazorca se llenara y tuvieran precios competitivos, los productores tenían que aplicar hasta ocho tipos diferentes de agroquímicos cada semana y recurrir al uso de hormonas. Además, son terrenos mecanizados ya muy gastados donde la producción no tiene el mismo rendimiento que antes.
Hoy día, con los métodos agroecológicos y las técnicas sustentables orgánicas los productores están elaborando sus propios insumos, donde además de tener un ahorro económico, la producción, desarrollo y rendimiento de su siembra les resulta mucho mayor.
Uno de ellos expuso que el año pasado solamente vendió el 40% del maíz que produjo debido a que no toda la cosecha era de la calidad que el mercado pide, sin embargo, ahora espera vender prácticamente el 100%.
La Mtra. Minneth subraya que: la producción es limpia, lo que repercute directamente en la salud del productor; ellos pueden aplicar los insumos que elaboran sin las medidas preventivas que exigen los agroquímicos. Por supuesto, esto también se ve reflejado en nosotros los consumidores, quienes podemos acceder a productos libres de contaminación.
Aunado a todo lo anterior, con estos procesos se están recuperando semillas criollas. La maestra explica que, por ejemplo, en los campos de Yaxhá (comisaría de Muna) están logrando rescatar la memoria histórica del maíz nativo y el criollo, algo que no habían visto en muchos años.
Comenta que incluso, los vecinos se acercan a estos productores que están marcando una diferencia, les preguntan: ¿Qué estás haciendo?, ¿Dónde compras tus insumos? Se sorprenden de que todo lo elaboran con lo que da la misma selva tropical, en donde, sin duda, se exige mucho nutriente para que toda esa vegetación se mantenga con vida por sí sola. Es ésta la lógica que están utilizando con los métodos orgánicos, la de servirse de los mismos nutrientes que tienen a su alrededor para además de todo, como expresan ellos: recuperar la salud de la selva maya.
Lo que sigue
En Santa Elena, tienen el proyecto de comenzar con parcelas demostrativas de sorgo y soya orgánica. El alcalde, Luis Sansores, está motivado en aplicar estas prácticas, sobre todo porque el municipio alberga el 80% del área correspondiente a la reserva estatal de la JIBIOPUUC, de gran importancia biológica ya que cuenta con un corredor para los jaguares.
Para cuantificar el impacto ambiental de este proyecto en Muna, y que también quieren aplicar en Santa Elena, están colaborando con la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES UNAM), con El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y los Institutos de Educación Superior (IES UNAM). Por medio de vuelos sobre las milpas para medir el estado del suelo y vegetación, se miden capturas de carbono y se realiza análisis del agua.
La Mtra. Minneth nos cuenta que están en planes de instalar un captador de agua de lluvia que promueva hortalizas orgánicas, donde además llevarán el acompañamiento con académicos para tener los datos de los efectos tanto económicos como biológicos, los cuales se plasmarán en un artículo científico que estará disponible a todo público.
En cuanto al impacto social, comenta que será interesante debido a que nos encontramos en un escenario post pandemia, donde los productores encontrarán una alternativa para su recuperación económica, lo cual es su principal prioridad.
Entrevista completa en nuestro canal de YouTube Rural MX “El cono sur de Yucatán cambiando. Se enamoran de la producción orgánica”