Impulsados por la organización Heifer, comenzaron con 35 gallinas en el patio de sus casas, hoy son una empresa constituida.
En Villa de Zaachila, Oaxaca un grupo de siete mujeres y cinco hombres unieron fuerzas para producir y comercializar productos agroecológicos como huevo, pollos, gallinas y abono, ellos son Bixhana Trabajando o en zapoteco, “hermanos trabajando”.
Comenzaron cada uno por separado, a través de la avicultura de traspatio, es decir, en el patio de sus casas haciendo gallineros con lo que tenían, comederos y bebederos con botellas de plástico.
“Cuando empezamos, la mayoría eran amas de casa y no tenían ni una sola gallina. Ahora tenemos 1,700 y una empresa totalmente constituida que alimenta a doce familias y le da a nuestra comunidad productos de alta calidad”, cuenta Mónica Judith Mendoza Luis, representante del grupo Bixhana Trabajando.
El grupo se conoció en el proyecto Hatching Hope de la Fundación Heifer donde les enseñaron cómo manejar, de forma correcta, a las gallinas, cuestiones técnicas del cuidado, producción y cómo hacer un emprendimiento sostenible.
Incubando esperanza
Los 12 emprendedores de Villa de Zaachila, recibieron de otros emprendedores –ya consolidados de la organización Heifer– 35 gallinas y, con ayuda del programa donde están inscritos, completaron 50 aves para iniciar su producción.
Después, entraron al proyecto Hatching Hope o Incubando Esperanza con inversión extranjera de Cargill y Fundación Heifer. Esta iniciativa está presente en Oaxaca, Chiapas, Puebla y a nivel internacional en India y Kenia.
La inversión consiste en brindarle a las comunidades la materia prima: las gallinas, lo necesario para los gallineros y además, capacitación en todos los sentidos. El programa tiene una duración de casi dos años y medio.
Algunos de sus módulos de emprendimiento son: “calcula tus costos, cómo vender en crisis, finanzas en equipo, cómo fortalecer tu marca, plan de negocios, atención al cliente, escucha a tu cliente y equipo en familia”.
En los módulos de avicultura se les enseña cómo agarrar al ave, vacunarla, distinguir si está enferma, alimentarla de forma saludable, la dimensión correcta del corral, captación captación pluvial, creación de abono para hortalizas y más.
“Heifer tiene 40 años en México buscando cerrar la brecha de ingresos y crear productos de calidad. Nuestros programas también buscan apoyar especialmente a las mujeres”, dice César Augusto Sánchez Flores, oficial de comunicación de Heifer en México.
El capital semilla del proyecto son 50 gallinas por persona o familia para rescatar la práctica de la avicultura de traspatio para mejorar sus ingresos y detonar la economía de sus pueblos.
“En el campo no hay acceso a financiamiento y las que existen tienen alta tasa de intereses, de la mano de El Buen Socio creamos un plan con interés bajos y acordes a los tiempos de producción avícola”, explica.
La empresa de una comunidad
Después de un año de trabajar por separado, los integrantes de Bixhana Trabajando se dieron cuenta de que, si se unían, podían tener mayor alcance en cuanto a mercado y hacer más fácil la crianza y la producción.
“En nuestros domicilios había poco espacio para aumentar la producción, cada uno tenía entre 50 y 100 gallinas y no había espacio para más. Nos unimos y uno de nuestros integrantes puso un terreno donde comenzamos las galeras”, cuenta Mónica Mendoza del grupo de emprendedores de Oaxaca.
El proyecto de Heifer se enfoca en avicultura porque la carne de aves de corral ofrece numerosas oportunidades: todos los integrantes de la familia pueden participar en el proceso de producción, en especial las mujeres, los jóvenes y los ancianos, explica Sánchez Flores.
Además, debido a que el ciclo de crecimiento de estas aves es relativamente veloz, la carne puede generar oportunidades de ingresos rápidas para las familias.
“La mayoría de Bixhana Trabajando eran mujeres amas de casa, pero ahora son emprendedoras involucradas desde la producción hasta comercialización”, cuenta Mónica.
Todos en el grupo apoyan con sus fortalezas. Mónica, por ejemplo, es bióloga especializada en seguridad alimentaria, por esta razón la eligieron como representante de la empresa.
Algunos otros integrantes son hábiles con la creación de corrales y la fabricación de otras herramientas, otros con las redes sociales y apoyan en la difusión.
Entre los miembros más jóvenes, están dos estudiantes de la carrera Química Farmacéutica Biológica de 20 y 21 años que ayudan con el control de calidad.
Antes, las mujeres y los jóvenes no tenían una participación activa en la economía, pero a través de este emprendimiento aportan dinero a sus familias.
“En la pandemia muchas familias perdieron sus trabajos o sus comercios se vieron afectados, pero salieron adelante con nuestros huevos”, recuerda la vocera del grupo.
Actualmente la empresa Bixhana Trabajando es una empresa constituida, en este proceso también apoyó Heifer para darlos de alta como una sociedad de producción rural.
“Nuestro próximo reto es buscar la certificación de bienestar animal y para ello estamos reforzando nuestras prácticas para darles el espacio requerido por metro cuadrado a las aves, agua y alimento que cubra sus requerimientos nutricionales, entre otras características para que estén libres de estrés”, dice.
Pase en cadena
Desde que los miembros de Bixhana Trabajando tuvieron una producción estable, hicieron el “pase en cadena” a otros nuevos productores, es decir, les dieron gallinas para empezar su emprendimiento y capacitaron a nuevos avicultores.
“Hemos tenido encuentros con otros estados y nos contamos nuestras historias y cómo llegamos a tener un agronegocio sostenible que cambió nuestra comunidad”, narra Mónica Mendoza.
César Augusto Sánchez Flores, oficial de comunicación de Heifer en México explica que esto también implica educar a la consumidores. “Ellos han tenido que mostrar que sus productos tienen un valor único en la forma de producción y en valor nutrimental”, dice.
El proyecto Hatching Hope, en Oaxaca, Chiapas y Puebla ya se están beneficiando más de 700 productoras mujeres principalmente, detonando el desarrollo de sus familias y sus pueblos. Para 2030, con la réplica de este ejercicio, sus impulsores estiman llegar a 100 millones de personas en el mundo.
Fuente: TecReview