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El Hochi´ilib o Danza del intercambio y promesas sigue vigente en Yucatán

El Gremio No. 2 de Agricultores y Migrantes recrea con apoyo de jóvenes de Dzoncauich una danza maya que lleva ofrendas por las calles, ejecutando a cada paso el Baile de las cintas, ramilletes y el Pool Kekén

Por Martha López Huan

Los gremios que se realizan en Yucatán guardan otra tradición que se mantiene viva: el Hohi´ilib, una danza maya que lleva ofrendas para intercambio y promesas por las calles, en el que los jaraneros ejecutan a cada paso el Baile de las cintas, ramilletes y el Pool Kekén (Cabeza de cochino).

El alegre contingente de jaraneros y mestizas, que inició en el domicilio de don Augusto Chi Chan en Dzoncauich donde en 2026 saldrá el Gremio No. 2 de Agricultores y Migrantes, lleva una ofrenda para intercambio formada por viandas, cigarros, frutas y botellas de licor, amarrados con cintas y flores de colores.

Acompañados de la Charanga San Miguel y al ritmo de 6×8, los jaraneros bailan y se detienen en las esquinas mientras los habitantes salen de sus casas para ver cuáles son las ofrendas y unirse a la esperanza de continuar la tradición del Hochi´ilib y los gremios de Yucatán.

El Hochi´ilib llegó hasta el sitio de donde este 2 de agosto salió el Gremio No. 2, la casa de María de los Angeles Pech Chi y siguieron ejecutando las jaranas de La Angaripola.

“El Hochi´ilib y los gremios son tradiciones que debemos conservar, por eso invitamos a jóvenes jaraneros a participar en la danza de la ofrenda”, explicaron las señoras Edmunda Chi Canché, Ana Guadalupe Chan Chan y Carmen Vera Euán, socias del Gremio No. 2 de Agricultores y Migrantes, con más de siglo de creación en Dzoncauich, Yucatán.

Durante casi 40 años se llamó Gremio de Agricultores, pero las familias que emigraron a Estados Unidos hace muchos años empezaron a cooperar para que esa tradición continúe, enviando recursos para la compra de pavos, gallinas, utilería, toros y lo que se requiera para los gremios.

Del 1 al 9 de agosto, diversas familias de Dzoncauich se organizan para celebrar al Santo Cristo de Amor, cuya imagen crucificada es venerada desde la evangelización de los españoles y se guarda en la iglesia San Juan Bautista.

Ejidatarios, señoras, migrantes, La Perseverancia y otras personas que comparten un oficio o interés común celebran festividades anuales en honor al Santo Cristo, combinando elementos religiosos con expresiones culturales y gastronómicas prehispánicas, como la Cochinita pibil, Xix (chicharra con carne y grasa de res), Relleno negro, Frijol con puerco o Relleno blanco.

Doña Carmen Vera, una de las principales promotoras del Hochi´ilib, explicó que, en esa danza que algunos llaman de intercambio, los jaraneros y mestizas dejan a su paso una estela de color y alegría por las calles llevando las ofrendas al domicilio de la familia de dónde saldrá el gremio, “es muy bonito porque realizan el Baile de las cintas, ramilletes y el Pool Kekén”.

Cuando llegan a la casa de dónde saldrá el gremio, bailan y reparten la ofrenda, “luego, los socios, invitados y jaraneros van rumbo a la iglesia con un arco de flores naturales o de papel para venerar al Santo Cristo de amor”.

“Este año nos apoyamos de las redes sociales para que nuestros hermanos que viven en Estados Unidos puedan disfrutar esta tradición, sabemos que temen viajar por las nuevas medidas impuestas por el presidente (Donald) Trump, pero encontramos la forma de acercar el Hochi´ilib hasta el extranjero”, dijo doña Carmen Vera.

En el Hochi´ilib un integrante lleva la cabeza de cochino ataviado con cintas de colores y otros llevan ramilletes con panes, cigarros, botellas de licor o lo que deseen las familias de los gremios.

Cuando el alegre contingente llega al Gremio que le corresponde, la ofrendas se dividen entre algunos socios o invitados, pero al año siguiente, deberán entregar al Hochi´ilib el doble del pan, cigarros, frutas o lo que hayan decidido elegir.

La tradición maya del Hochi´ilib se practica en casi todos los gremios, pero no tiene tanta difusión, algunos sólo lo mencionan como el Baile del Pool Kekén, una tradición prehispánica que se practica en varios rincones de Yucatán.

Por su parte, Martha Guadalupe Canché Cocom, directora de la Casa de Cultura de Dzoncauich, explica que el Hochi´ilib simboliza un intercambio de viandas, promesas y agradecimientos.

“Es una forma de agradecer por las milpas, las cosechas y pedir por las lluvias para que los campesinos puedan seguir sembrando”, dijo.

Para preservar la tradición consideró necesario que se siga trasmitiendo de generación en generación y pidió a las familias que cuiden, preserven y participen con sus hijos en el Hochi´ilib y los gremios.

“Que muestren el orgullo de nuestras tradiciones y participen en los Bailes de las cintas, ramilletes y el Pool Kekén”, agregó.

Historiadores y cronistas de Yucatán afirman que el Baile del Pool Kekén antes era con la cabeza de venado o Pool Ceh.

La directiva del Gremio No. 2 la conforman por el presidente José Ismael Canché Chan, el secretario Amado Polanco Cohuo, el tesorero Zenón Rodríguez Mukul y el secretario José Luis Pech Chi.

Las familias Poot Chi y Pech Chi ofrecieron a sus invitados y socios Cochinita pibil, Frijol colado, Chocolomo y Relleno negro, “tenemos que cerrar con una comida tradicional de Yucatán”.

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