En México, el nopal es un alimento básico, de gran tradición culinaria y de alto contenido nutricional. Cuidarlo de la plaga palomilla del nopal es garantizar alimento.
La palomilla del nopal es una plaga que representa una amenaza para la diversidad y los ecosistemas de las especies pertenecientes a las Opuntia, género de las cactáceas al que pertenece el nopal. Aunque actualmente se encuentra ausente en el país, representa un peligro latente, ya que es capaz de exterminar a la mayoría de las especies de nopales y cactáceas.
Actualmente se encuentra en Estados Unidos (Florida, Carolina del Sur y Georgia) Cuba, Puerto Rico, Islas Caimán, Nueva Caledonia, Antigua, Nevis, San Kitts, Montserrat, Antillas, Bahamas, República Dominicana, Hawai, Islas Mauricio, Ascención, Santa Helena, Haití, Sudáfrica y Australia.
El adulto del insecto de esta plaga es de color café grisáceo, de tres centímetros con las alas extendidas. Presenta además tres bandas negras a lo largo de las alas y los bordes de las mismas son de color blanco grisáceo. El insecto copula por la noche, y al siguiente día, la hembra deposita los huevecillos sobre las hojas del nopal.
La hembra deposita de 60 a 150 huevecillos, uno sobre otro, formando una columna que simula una espina de nopal de 2.5 a tres centímetros de largo. Las larvas que emergen de los huevecillos entran a la planta del nopal el mismo día en que nacen y se alimentan de los tejidos de la penca.
Los principales daños ocasionados por la palomilla del nopal son un color amarillo en el tejido de la planta, exudación de líquido y excrementos de las larvas; las pencas dañadas se marchitan y mueren. La aparición de una masa de huevecillos en las pencas en determinadas épocas del año es otro claro signo de infestación.
El nopal a través de los años ha sido parte de la dieta cotidiana mexicana, es rico en fibra, vitaminas y minerales, además de que su producción comercial permite exportar cada año 350 mil toneladas de penca y 750 mil toneladas de tuna.
De ingresar al país, la palomilla del nopal afectaría aproximadamente a 30,000 productores de fruto y verdura, y a las industrias procesadoras del nopal, además de terminar con estas cactáceas, ocasionando una pérdida de suelo y un daño serio a la ecología del país.