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En foro comunitario de Tekax, resaltan importancia y legado ancestral del ‘Xúuch’

San Agustín, Tekax está rodeado de selva, el aire se siente diferente, puro y agradable: pareciera que el tiempo no ha pasado por sus paisajes. No hay grandes carreteras, conexión a Internet ni señal para usar el celular, aquí no ha llegado el “desarrollo” urbano que come a las grandes ciudades, como Mérida, ni lo necesitan; lejos de ser una desventaja, es un privilegio para la población que mantiene una conexión y respeto hacia la naturaleza, los ecosistemas y su pasado maya.    

Esta comunidad fue sede del primer Festival Comunitario Biocultural del Xúuch, que se realizó este lunes 5 de diciembre, como parte del Día Mundial del Suelo, donde participaron dependencias de gobierno, investigadores, estudiantes y comunidades mayas.   

Durante una jornada de más de cinco horas, especialistas y pobladores compartieron experiencias con este legado ancestral natural, que fue importante para los mayas, pues previene inundaciones y dota de un suministro de agua a la población y recalcaron la importancia de preservarlos.     

En encuentro fue organizado por la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), la Junta Intermunicipal Biocultural del Puuc y la asociación civil Kanan Kab.    

Las y los ancestros guardan una sabiduría envidiable, un conocimiento sobre las formas de las rocas, los suelos, que es equiparable al saber de los especialistas en hidrología y medio ambiente.      

“Xúuch” es una palabra maya que significa “beber a sorbos” y se refiere a las fallas en la capa de piedra caliza que cubre gran parte de la península de Yucatán, responsables de drenar el exceso de agua que cae en el territorio durante la temporada de lluvias.    

Este tipo de relieves, que se encuentran principalmente en la zona sur del estado, tienen mucho valor para las y los campesinos, por su importancia para la milpa, como sitios de alta biodiversidad y bien común, y aliados en la adaptación ante el cambio climático, a través del manejo de los recursos hídricos y el suelo, de acuerdo con los conocimientos locales.    

Yameli Aguilar Duarte, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), quien habló sobre la importancia ambiental y social de los Xúuch, explicó que esta palabra en maya hace referencia a una absorción, y es un proceso que sucede en regiones como el sur del estado, donde hay elevaciones con planicies rodeados de zonas altas.     

Se trata de unas oquedades (espacio hueco en un cuerpo sólido) con un funcionamiento hidrológico importante, que no han sido estudiados de manera concreta. “Es una oquedad que puede tener una profundidad muy grande y que son desagües naturales”, indicó.     

La investigadora comenta que este tipo de rasgos en el paisaje son vitales para prevenir inundaciones ante la llegada de fenómenos naturales, ya que ayudan a acumular el agua en un solo punto, y luego es absorbida, como si se tratara de un excusado, hacia el manto freático.     

En su ponencia, indicó que este tipo de conocimientos deben ser transmitidos a las nuevas generaciones para no olvidarlos, conservarlos, mantenerlos activos y evitar que se rellenen.     

Después, pobladores de diversas comunidades mayas compartieron sus experiencias con el Xúuch y su importancia. Idelfonso Yah Acocer comentó que desde niños escuchó sobre su él, al cual lo conocían como “el sagrado Xúuch” porque los abuelos y abuelos lo respetaban. “Está conectado de manera natural con todas las cavernas, los cenotes hasta el nivel del mar. Los abuelos saben que está puesto para proteger a nuestra población”, indicó.     

¿Cómo se ha sentido protegido durante estos años por el xúuch?, le preguntó la moderadora Minneth García Medina García,    

Yah Acocer, con una gran sabiduría, respondió: “A todo lo que llega tiene que llegar, todo lo que viene tiene que cruzar, nos han enseñado a dar respeto a lo que viene porque nadie lo provoca, sino que algo llega y tiene que llegar”.     

Entonces, precisó, cuando llega un huracán nos juntamos como familia porque hay más energía, y los xúuch han ayudado a proteger a la comunidad de los desastres naturales, por eso es importante conocer más sobre este y conservarlo. “Todos los conocimientos ancestrales que vivieron nuestros abuelos se preserven. Conocer las historias de nuestros pueblos desde la escuela”, recalcó.    

 

¿Qué es y que no es un Xúuch?    

Para explicarlo de manera sencilla, Humberto Chablé Matus se ayuda con una taza de café, y la bebe. La absorbe. “Es absorber con fuerza todo lo que se encuentra en su camino”, indica a las y los presentes    

Luego remata: “Es una experiencia en comunidad, algo ancestral que está ahí, pero que hemos olvidado:”. El activista maya, quien desde hace años se ha dedico a la conservación del xúuch y documentar los que va encontrando, comentó que hoy en día, la gente prefiere la modernidad, perforamos la tierra con maquinaria para crear pozos; “creamos nuevas formas más modernas para que el agua vaya a su sitio”.     

Cuando, según expuso, se debería promover estos espacios de suelo creados por la naturaleza desde hace miles de años: recordar dónde están.     

Humberto Chablé sabe perfectamente que no es; no es el olvido, no es traer máquinas, no es rellenarlos para construir algún tipo de desarrollo. “Lo que no es del pueblo, lo que viene y nos imponen en nuestras comunidades”, sentenció.     

También recalcó que no hay que tener miedo de estas formaciones; pues cuando vienen las lluvias, el agua forma un caudal hasta llegar al xúuch y arrastra todo a su paso, por eso debe haber un análisis de lo que sucede en la comunidad, donde intervengan igual las autoridades hacer, un mapa de sus ubicaciones, colocar rejillas o letreros; limpiarlos, para que no estén obstruidos, pues sólo se le valora hasta que haya tragedias o desastres, inundaciones.     

Después de las charlas, las y los asistentes pudieron conocer de manera presencial el ancestral xúuch, el cual se encuentra a unos metros de centro de la comunidad, y el cual está rodeado de un paisaje natural que vislumbra; cultivos de maíz, soya, cítricos; adornados con unos cerros que tocan el firmamento.     

También pudieron conocer, a unos cuantos metros, una aguada seca, hogar de una gran biodiversidad, insectos, plantas, flores, un paisaje verde; el cual para temporada de lluvias sirve como almacén de agua.     

Como final del recorrido, los asistentes pudieron conocer el sitio arqueológico de la comunidad, que está cubierto por la selva. 

Con información de La Jornada Maya

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