CDMX. La débil infraestructura hidráulica y la escasa red de saneamiento acrecientan los problemas del agua en México tanto en el norte como el sureste del país sin que se resuelvan las fallas crónicas agravadas ahora por los efectos de la emergencia climática, según coinciden varios expertos.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) se necesitarían más de 20 años con un ritmo de inversión anual del orden de 49.000 millones de pesos para alcanzar la sostenibilidad y seguridad hídrica en México.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reconoce la grave problemática del agua en el país ya que 8 de las 13 regiones hidrológicas del país sufren de estrés hídrico; dos terceras partes de la población habita en regiones donde hay menos agua y de los 653 acuíferos, 157 presentan una situación de sobreexplotación.
Además en 14 estados hay retrasos importantes en el acceso diario a servicios de agua y saneamiento, y aproximadamente 10 millones de personas no tienen acceso a agua.
Por ello, México necesita urgentemente invertir en modernización y conservación de infraestructura, una gestión más eficiente, la mejora del marco regulatorio y el perfeccionamiento de esquemas de financiación que faciliten la participación de la iniciativa privada en el sector, explica a Efe José Luis Luenge, presidente de la asociación Ciudad Posible.
PROBLEMÁTICA EN CHIAPAS
Rodrigo Hess Poo, coordinador del Comité de Cuenca del Valle de Jovel y ciudadanos por la acción territorial, aseguró a Efe que cada vez es más incierto «el futuro del agua en Chiapas y en el sureste».
«Persiste el debate para se reduzca el agua dedicada a la agricultura porque consume mucho, pero la deforestación, el cambio climático el crecimiento poblacional, las técnicas atrasadas y poco eficientes del uso del agua explican el grave conflicto que vivimos», aseguró Rodrigo Hess Poo.
«Conagua tiene en realidad la mitad del presupuesto operativo y de inversión de hace diez años y de esa manera es imposible resolver todos los problemas acumulados», agregó Jose Luis Luenge.
Luenge recordó que el 70 % del agua que consume México va destinado a la agricultura con un notable nivel de desperdicio y falta de eficiencia.
«El contraste es enorme entre los sistemas de regadío de alta tecnología en estados como Baja California, Chihuahua o Sinaloa que disponen de la mejor tecnología para el riego, mientras que en el sureste y Chiapas se mantienen sistemas arcaicos», agregó.
«Para tratar de resolver la problemática del agua en el sureste y Chiapas hay que concentrarse en la mejora de las técnicas de riego para la agricultura», prosiguió Luenge.
Hess Poo, exdirector del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (Sapam) de San Cristóbal de las Casas, subrayó que resulta «extraño que se produzca un volumen muy alto de agua, pero el agua no está necesariamente en el lugar adecuado».
El ingeniero recordó que los asentamientos humanos siempre se han gestado alrededor de una fuente de agua y en el caso de Chiapas los asentamientos están cada vez mas lejos del agua disponible».
PROBLEMAS DE CALIDAD DEL AGUA
Puso como ejemplo la ciudad Tuxtla Gutiérrez, capital del estado de Chiapas, que toma el agua del río Grijalva para tratarla, bombearla y repartirla a la ciudad, pero sufre graves problemas porque la población no cubre los gastos y por ello hay problemas de calidad o de suficiencia».
Señaló que la mayoría de los organismos en Chiapas tienen la misma problemática: «Una incapacidad de operar bien y eficientemente a lo que se une el cambio del patrón de lluvias qué está provocando que algunas zonas sufran periodos de sequía».
Hess Poo sostiene que otro grave problema es la fuga en red de los organismos operadores en todo el país que está entre el 30 % hasta el 50 % del agua bombeada.
«Hay un gran desperdicio de agua y creo que no tenemos instrumentos ni preocupación por atender esta problemática que podría ayudar muchísimo a elevar la calidad del servicio o a disminuir los costos de los organismos operadores», expuso.
Señaló que en San Cristóbal de las Casas «se estima que el desperdicio es del 50 % eso significa entre 15 y 20 millones de litros al día perdidos y eso es preocupante y creo que debería atenderse este problema.
Hess Poo dijo que el agua potable «al menos en el sur del país se volvió un bien electoral» y que para cambiar las cosas «tendrá que ser un cambio drástico y que la ciudadanía no solamente demande servicios sino que participe en la solución de los problemas».