En la mayoría de las casas mexicanas, en la hora de la comida es común encontrar una olla de frijoles listos para ser consumidos.
En el mundo se conocen alrededor de 150 especies de frijoles, de las cuales 70 se encuentran en México con gran variedad de tamaños y colores. Esta leguminosa era cultivada en Mesoamérica hace ya 8,000 años y que fue una de las principales especies que se integró a la dieta básica de las culturas indígenas.
Los frijoles, también conocido como judías, habichuelas, poroto y alubias, son fundamentales en las mesas mexicanas, pues están presentes en la mayoría de los antojitos mexicanos, por ejemplo, sopes, panuchos, tlacoyos, y por supuesto en las enfrijoladas; también son ingrediente básico de muchos platillos famosos como el caso de los frijoles puercos o los frijoles charros.
En nuestro país, las variedades más consumidas son los frijoles negros, pintos, flor de mayo y de junio, peruanos y bayos, y este consumo muchas veces depende de la región, por ejemplo, en el norte se comen más pintos, en el centro y sur, se consume más el frijol negro.
Otra variedad importante y muy usada es el frijol verde, que es la vaina tierna de esta leguminosa y que conocemos como ejote, y es una de las hortalizas más importantes de la alimentación debido a su contenido de vitaminas y minerales.
El frijol es fundamental para la economía del país y un elemento importantísimo en la alimentación del mexicano, no sólo por su rico valor nutrimental sino porque forma parte de nuestra identidad nacional.